Pequeña gran sociedad / y 2
El socio de Bebeto en este mundial se llama RoMario porque hace treinta años, había en la televisión brasileña un programa llamado "Romario, el hombre diccionario"; un tal Romario recibía llamadas en que se le preguntaba el significado de palabras rebuscadísimas y respondía al instante. Los padres de Romario, gente de favela que carecían de todo menos de un cochambroso televisor, eran fans de Romario y cuando vino el crío le llamaron así en su honor.Romario de Souza Faría nació 1 enRío (294-66). El padre era pintor de brocha gorda; la madre lavaba ropa. Cuando era aún muy niño pudieron cambiar la favela por una casita en un barrio humilde, Viladepenha, pero a costa de que él mismo arrimara el hombro limpiando parabrisas de coches. Eso sí, nunca le faltaron el sol, la playa ni el fútbol. Su padre era un fanático. Nada más saber. que su mujer estaba embarazada compró un balón para 1o que viniera". A los tres años le compró ya unas botitas de fútbol; a los cinco le llevó a Maracaná, a un partido que no ha olvidado: América-Fluminense (4-3 para el América y un alegrón para el padre, hincha de este equipo). En seguida su padre creó un equipillo en el barrio, el Estrelinha, que vestía de auriverde, como la selección, y en el que jugaba con su hermano.
De ahí en adelante todo fue un camino de éxitos. Pronto descubrí¿> que tenía un don especial para la técnica del fútbol, aunque también tuvo que descubrir que existen intereses creados que nada tienen que ver con la alegría del juego: una disputa. por su ficha entre el Vasco de Gama y el Olaría le tuvo sin jugar una temporada cuando tenía 16 años.
Aquello, más las escaseces de su infancia le han hecho ser un hombre desconfiado, cerrado en sí mismo y de difícil trato. Su inmensa calidad le salva, pero en general ha tendido a ser visto como un tipo conflictivo, incómo e indisciplinado en los tres equipos por los que ha pasado: Vasco de Gama (tres tempordas), PSV Eindhoven (seis) y Barcelona. Incluso en su selección, donde rechazaba en vísperas de este mundial la compañía de Bebeto, como rechazó la de Muller en el anterior; su candidato era Edmundo.
Pero viéndole en el campo combinando con Bebeto nadie lo diría. Ambos forman una sociedad impecable y es muy fácil que hoy mismo sean campeones del mundo, vistiendo los colores del Estrelinha. Su padre, que sufrió hace poco el terror de un secuestro, llorará de alegría.
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