Los Doce intentan controlar los déficit públicos, excesivos

A pesar del creciente euroescepticismo, los mecanismos técnicos aprobados en el Tratado de Maaátricht siguen su lento pero implacable curso. En el consejo Ecofin de hoy lunes, los poderosos maestros de Economía y Finanzas comenzarán a poner en marcha el delicado proceso de control de los déficit excesivos, un complejo mecanismo destinado a poner en evidencia a los países que no apliquen las medidas suficientes para corregir sus excesos en materia de deuda pública y déficit presupuestario, que prevé, incluso, Ia posibilidad de imponer multas a los Estados infractores y a bloquear su acceso a los fondos de cohesión.Los Ministros se limitarán en este Ecofin a dar un somero repaso informal a la cuestión, y dejarán para septiembre los primeros trabajos prácticos. El primer problema a que se enfrentan es decidir qué es realmente un déficit excesivo y algo mucho más delicado de lo que parece por qué país empieza a aplicarse el nuevo mecanismo. Los únicos estados miembros que pueden sentirse tranquilos son Luxemburgo e IrIanda. El primero, porque cumple con las dos condiciones básicas para no incurrir en ningún caso en déficit excesivos: su deuda no, supera el 60% del PIB y su déficit público no supera el 3%. En el caso irlandés, la Comisión Europea ha renunciado a realizar el informe, previo con el que se abre el proceso, por entender que aunque supera los límites en materia de deuda, la tendencia de este factor y la baja inflación de su economía le permiten considerar que cumple con las condiciones exigidas.

El resto de Estados miembros, en cambio, deberán someterse todos al primer paso contemplado en Maastricht, el informe previo de la Comisión, sobre el que debe emitir un dictamen el Comité Monetario. Si la. Comisión cree que el Estado miembro incurre en déficit excesivo, debe informar al Consejo. A partir de ahí se, abre el proceso más delicado, ya que el Consejo es quien decide, por mayoría cualificada -incluso pese a la oposición del Estado afectado si se incumple la normativa.

Se abre entonces un largo proceso de "ácoso" al país infractor, que puede ser especialmente delicado para España, Grecia y Portugal, ya que puede llegar a bloquear su acceso a los fondos. de cohesión. El país afectado recibe primero una serie de recomendaciones del Consejo; éstas se pueden hacer públicas si al cabo de un plazo determinado no se ha corregido la tendencia; el siguiente grado es formular una advertencia para' que el Estado miembro adopte las medidas necesarias. Si persiste el incumplimiento, el Consejo dispone de una considerable batería de medidas de persuasión: exigirle que publique un informe adicional -que el Consejo deberá especificar- antes de emitir obligaciones y valores, con la consiguiente repercusión en el mercado dificultar su acceso a los créditos del Banco Europeo de Inversiones (REI) y a los fondos de cohesión; exigir que efectúe un depósito sin devengo o, incluso, la imposición de multas.

El Ecofin debatirá también sobre la fiscalidad del ahorro; escucharán las prioridades económicas de la presidencia alemana; tomarán nota de las decisiones de la cumbre de Corfú sobre el Libro Blanco de Delors y y debatirán sobre ayudas a Albania.