LA DERROTA NO LLEGÓ A LAS FUENTES.
No hubo euforia. La derrota de la selección española a manos de la italiana trajo el silencio a la ciudad. El dispositivo policial preparado para impedir actos vandálicos como el que dejó manca a Cibeles la semana pasada no fue necesario: estaba preparado para la victoria. A las nueve de la noche, apenas una veintena de forofos, como el que aparece en la imagen, acudía a la fuente de la diosa para enjugar la pérdida de la eliminatoria en el Campeonato Mundial de Fútbol.
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