Hasta pronto, 'jirafa'
Irlanda ha pasado por este Mundial fiel a su estilo estoico, desengañado y duro. No es un fútbol bello, pero tiene el valor de todas las cosas que se pueden ver en los museos. Así se jugaba al fútbol en las islas hace muchos años y así se seguirá jugando dentro de muchos también.Esta tropa de abruptos pateadores viaja con un viejo coronel: Jackie Charlton, Big Jack, la Jirafa, el único entrenador no irlandés que jamás tuvo Irlanda. Y no sólo eso: es el ciudadano más popular de la República, donde se le ama por haber clasificado a Irlanda para los dos últimos mundiales y para la Eurocopa del 88. La cinta de vídeo de más venta en Irlanda se titula "Jackie Charlton, irlandés honorario, cuenta todo".
Odia la prensa, ama la pesca y busca el resultado, como Clemente, a quien motejó de "canijo muy simpático" horas antes de recibir de él un serio correctivo. Me cuenta Robinson la primera charla táctica que le escuchó: "Cuando la defensa coja el balón, que lo tire cincuenta metros arriba, para que los delanteros intenten cogerlo. Luego, que acudan los centrocampistas a ayudarles". Liam Brady, un fino centrocampista (jugó varios años en la Juventus) protestó: "Pero jugar así no es divertido". "No, pero es práctico", zanjó Big Jack.
Su estilo como jugador era áspero. Nació en Ashington (8-V-36) sobrino de Jimmy Charlton, central del Leeds, y ésa fue su vocación: central del Leeds. Lo fue 629 veces en su vida, récord de partidos en un mismo equipo en el fútbol inglés. Fuera del Leeds sólo jugó en la selección inglesa, 35 veces más. Debutó en el 65, a tiempo para ser un titular consolidado en el Mundial del 66, y por ende, campeón del mundo.
Para entonces era el patito feo. Su hermano Robert, Bobby, un año menor que él, mil años luz más talentoso, era ya uno de los grandes de toda la historia del fútbol Mundial. Nunca le acomplejó. Él se aplicaba a lo suyo, y lo suyo se llamaba entonces stopper, marcador puro. Duró en la selección hasta México-70.
Luego, a entrenar: Middlesborough, Sheffield Wednseday y Newcasttle, y por fin Irlanda. Hasta la próxima.
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