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No es posible la paz en Bosnia si no la hay en Krajina, dice el vicepresidente croata

"No se pueden separar las negociaciones sobre los territorios de Croacia ocupados por los serbios [Krajina] del futuro de Bosnia-Herzegovina. Sin una solución para ambos problemas, no se resolverá el conflicto global" en la antigua Yugoslavia. Mate Granic, vicepresidente y ministro de Exteriores de Croacia, en su primera visita oficial a España, expreso ayer a EL PAÍS su malestar por las recientes declaraciones del mediador de la Unión Europea (UE) para los Balcanes, David Owen, en las que subrayó que una vinculación de ambos contenciosos acarrearía el riesgo de una guerra generalizada. "Owen se equivoca y es muy injusto, porque la realidad es que el Gobierno de Belgrado, los serbios de Knin [autoproclamada capital de Krajina] y de Bosnia-Herzegovina están estrechamente vinculados".Granic describió como crucial la actual fase del conflicto bosnio, en la que el llamado Grupo de Contacto -Rusia, EE UU y la UE- llegó ayer a un acuerdo sobre un futuro mapa de Bosnia. Los ministros de Exteriores de los países que lo forman se reunirán, probablemente, el 5 de julio en Ginebra, para adoptar de manera formal el plan.

"Si no hay acuerdo en un mes correremos un grave peligro de extensión del conflicto y de una guerra más cruenta, si cabe", advierte Granic. La situación sobre el terreno parece darle la razón. Los serbios iniciaron ayer un contraataque en el monte Ozren, en Bosnia central, donde pugnan con los musulmanes por el control de una carretera estratégica. El representante especial de la ONU, Yasushi Akashi, quien se reunió ayer en Bruselas con los embajadores de la OTAN, aseguró que 1a tregua está en grave peligro, pero no muerta".

La propuesta del Grupo de Contacto, que, en opinión del jefe de la diplomacia croata, podría ser aceptada por todas las partes, consistiría en una quasi-federación entre los serbios de Bosnia -a los que se otorgaría el 49% del territorio- y la federación acordada entre los musulmanes y croatas de esta república -que obtendría el 51 %.

El problema es la delimitación territorial. Si los serbios rechazan el plan, crecerán los sectores más radicales en las filas musulmanas que claman por la reconquista militar de los territorios ocupados por los serbios".

Granic no se aventuró a excluir un rechazo bosnio a la propuesta del Grupo de Contacto.

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Embargo de armas

Un fracaso de la actual fase negociadora conllevaría, además, "un cambio radical en la posición de Estados Unidos, que podría proponer oficialmente el levantamiento del embargo de armas a Bosnia-Herzegovina. En este caso", afirmó Granic, "Croacia también pediría que se levante el embargo militar" que afecta a esta república.

Aún en el caso de que el último plan de paz funcione, Granic es consciente de que el proceso natural conllevará una progresiva vinculación de la federación croato-musulmana con la República de Croacia y de los serbios de Bosnia con Serbia, aunque niega el tantas veces aireado reparto de Bosnia entre Zagreb y Belgrado. ¿Y los musulmanes? "Quieren que la federación [con los croatas] sea lo más extensa posible y que se preserve la integridad territorial", aunque ésta última existirá, probablemente, sólo sobre el papel.

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