Nuevo mínimo del dólar frente al yen sin que intervengan los bancos centrales
Los especuladores siguen ganando el pulso a los bancos centrales. A pesar de que el dólar rompió ayer las barreras psicológicas que han forzado previas intervenciones, las autoridades monetarias, a excepción de las japonesas, no acudieron en su rescate. La divisa estadounidense cayó en Europa hasta los 98,60 yenes, un nuevo mínimo desde 1945, contaminada por la crisis política de Japón. En España, el Tesoro, perjudicado por las tensiones al alza de las rentabilidades en los mercados de deuda, apenas captó financiación en la subasta de letras a un año, pese a subir los tipos de estos activos en 0,30 puntos, hasta el 8,019%.
El Banco de Japón es el único banco central de los 16 que intervinieron el pasado viernes en apoyo del dólar que sigue luchando, con escaso éxito, contra una mayor depreciación de la divisa estadounidense frente a la nipona. Tras cerrar en Tokio a 99,27 yenes, el dólar se precipitó hasta los 98,60 yenes en Europa, un nuevo mínimo desde la II Guerra Mundial.El nuevo Gobierno japonés surgido de la crisis, que cuenta con la presencia de los socialistas, se presenta menos comprometido con la reforma de la economía y la apertura comercial. Esta postura alimenta la especulación contra el dólar, cuya debilidad sirve para corregir el. enorme déficit comercial que padece EE UU con Japón.
Con todo, los ataques contra el dólar están siendo prudentes. Hay muchas incertidumbres que lo aconsejan. La divisa estadounidense ha caído a unos niveles históricamente bajos frente al yen. "Es un territorio inexplorado y quien vende sabe que corre peligro", explica Santiago Fernández, de Beta Capital. Asimismo, sigue pesando una posible nueva intervención de los bancos centrales. El mercado está también pendiente del resultado de los importantes reuniones: la Reserva Federal (Fed), el próximo día 6, en la que, según apuntan la mayoría de los analistas, se podría decidir una subida de 0,50 puntos en el tipo de descuento, ahora en el 4,25%, y la celebración de la cumbre del Grupo de los Siete (G-7), de la que saldrá algún compromiso de cooperación monetaria para estabilizar los tipos de cambio.
La decisión de la Reserva Federal sentaría bien al dólar, opinan los analistas, porque ayudaría a diluir los temores inflacionistas del mercado. Temores que ayer se vieron acrecentados con la revisión al alza del crecimiento de la economía de EE UU. El producto interior bruto (PIB) estadounidense creció a una tasa del 3,4% frente al 3% previsto hace un mes.
En Europa, los mercados de deuda consolidaron los pequeños avances de los últimos días sin verse contaminadas por la debilidad del dólar. La rebaja de 0,04 puntos en el tipo repo alemán -que queda en el 4,960/6-, una de las tasas de interés con más impacto en el crédito interno, evitó que el marco siguiera al yen en su fortaleza frente al dólar. La divisa estadounidense se mantuvo por encima de los 1,58 marcos y la deuda acogió favorablemente esta mayor estabilidad cambiaria. En España, donde el dólar cotizó a 129,95 pesetas (130,80 la víspera), la deuda consolidó las ganancias de los últimos días.
La rentabilidad del bono a 10 años se estabilizó en torno al 10,39%. La sorpresa para los operadores del mercado de deuda español fue el resultado de la subasta de letras del Tesoro a un *año, que se saldó con una escasa adjudicación pese a la subida de 0,30 puntos -del 7,71% al 8,019%- en el tipo de estos activos. De los 62.008 millones de pesetas solicitados se colocaron 37.108, lejos ya del medio billón colocado el pasado 18 de mayo. "Hemos tenido que replegarnos a la situación en el interbancario [donde los tipos llegaron ayer al 8,30%]", explica Manuel Conthe, director general del Tesoro. "A esos niveles es difícil colocar letras al 7,71 %".
Los analistas, sin embargo, ven en el resultado de ayer una confirmación a sus temores: que la bajada de tipos de interés ha tocado fondo. A Conthe le preocupa esta interpretación, pero cree que no es sólida puesto que el interbancario de ayer "no ha acusado el impacto de la subida de las letras". "En la medida en que el interbancario siga relajándose podremos volver a bajar las letras", aseguró.
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