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El Ayuntamiento saca a concurso las 'copichuelas' para tres años

El primer teniente de alcalde, Luis María Huete, le llama "el concurso de las copichuelas". El Ayuntamiento aprobará hoy el pliego de condiciones para contratar los servicios de un máximo de tres empresas de restauración para servir cócteles y comidas institucionales en los próximos tres años. Aunque no se indica qué número de cócteles o comidas se servirán al año (ni siquiera aproximadamente), sí se especifica el precio máximo de cada uno de los servicios y el de todas las copas de cada año: 40 millones para las próximos tres.Un desayuno en el que se sirve café, té, zumo de naranja (no dice si natural o envasado), bollería y pastas finas costará como máximo 625 pesetas por persona; lo mismo que la copa de vino español, con refrescos, vinos y aperitivos.

Si se sirve una recepción, el precio sube a 1.550 e incluye canapés fríos y calientes (no habrá ninguno que incluya mayonesa o derivados para evitar intoxicaciones), whisky, ginebra y ron, además de refrescos, vinos y cerveza.

Las comidas y cenas costarán 5.000 como máximo o 6.000 si se sirve a menos de 30 personas. Esa cantidad incluye un cóctel ligero, un primer plato de gazpacho, vichyssoise, crema (de calabacín, tortuga o cangrejo) o espárragos.

Café y copa

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Con los pescados, la carta empieza a hablar francés: el bisquet de langosta y el lenguado menier son alternativas a la lubina a la sal, el salmón o los hojaldres calientes con fruto de mar.

En la página de las carnes se da a elegir al restaurante entre solomillo (no se dice si de porcino o vacuno), el entrecot o el turnedó preparados de distintas formas y siempre acompañados de guarnición, que compiten con lo escalopines de ternera a la frambuesa. Todo ello regado con vinos de rioja de cinco años o cava.

De postre se propone mousse de chocolate, sorbetes, profiteroles con chocolate, tarta a whisky, de queso con frutas o San Marcos. Más café y copa. Tan variado menú ha de servirse por camareros vestidos de esmoquin y con guantes blancos y cada uno asistirá a una docena de invitados.

No se admiten chaquetillas blancas o de color, pero se contempla la posibilidad de que los camareros tengan que llevar frac o trajes de época por alguna circunstancia especial (por ejemplo, cenas de gala).

El pleno de hoy aprobará los pliegos de condiciones de este concurso y su convocatoria. El concejal de Izquierda Unida Franco González señala que el director de relaciones públicas, Felipe Díaz Murillo, propuso que se adjudicase directamente el contrato (previa concurrencia de ofertas) porque el concurso de 1990 quedó desierto. Después se concedió la restauración directamente a varias empresas (que se turnan en el servicio), pero el contrato finaliza el próximo 30 de noviembre.

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