La debilidad del dólar puede forzar subidas de tipos de interés en EE UU
El fracaso, el viernes, de la acción concertada de 17 bancos centrales para frenar la caída del dólar en los mercados internacionales ha dado paso a un creciente temor a que la Reserva Federal opte, la semana que empieza mañana, por intentar desactivar la especulación contra el dólar con una nueva subida de tipos de interés.El problema es que esta medida en ese país frenaría algo más que el descenso del dólar. Unos tipos más altos ralentizarían el crecimiento económico en Estados Unidos. Probablemente, además, una subida en EE UU se trasladaría rápidamente a Europa, ya sea retrasando cualquier rebaja adicional de intereses que empuje el aún débil crecimiento económico o, en el peor de los casos, con subidas paralelas de tipos.
El presidente de EE UU, Bill Clinton, intentó frenar la tormenta con declaraciones políticas. El viernes pidió a los estadounidenses que no "reaccionen con exceso" a la caída del dólar, y afirmó que la economía americana está sana. Aunque sus declaraciones coincidían con la intervención en favor del dólar, Clinton no hizo alusión alguna al respecto. Sólo trató de desdramatizar la situación, al asegurar que "la caída del dólar es algo que asombra a los economistas", porque la economía de EE UU "va realmente bien".
Una intervención cara
La intervención de los bancos centrales se hizo, además, a un precio muy alto. Se calcula que la Reserva Federal y otros 16 bancos centrales gastaron el viernes entre 3.000 y 5.000 millones de dólares en su intento por atajar la caída de la divisa estadounidense, especialmente ante el yen y el marco alemán. Pero esa intervención, denunciada por algunos expertos como "demasiado poco, demasiado tarde" era de todos modos una mera gota de agua en el océano de las transacciones globales en los mercados de cambio, que mueven a diario más de un billón de dólares."Si los bancos centrales decidieran gastar 200.000 o 400.000 millones de dólares o más, o anunciaran que han reunido un fondo de un billón de dólares o algo así, entonces sí podrían influir claramente en los mercados", declaró al New York Times William Poole, economista de la Universidad de Brown. Pero una acción de este tipo sería demasiado costosa para los contribuyentes si fracasa.
Pero todo indica que la crisis actual del dólar -que cerró el viernes a 100,50 yenes, poco más del mínimo histórico registrado tres días antes y a 1,5840 marcos alemanes, su nivel más bajo en mas de un año- es inmune a la acción de los bancos centrales y sólo obedece a los latigazos del mercado.
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