La TWA deberá pagar un millón a un pasajero por un retraso aéreo de 14 horas
"Todo el mundo me decía que reclamar sería perder el tiempo", explicaba ayer el empresario Jordi Espejo Salvador, "pero esta sentencia demuestra que si reclamas puedes ganar". Reclamó y, aunque cinco años después, un juez de Barcelona ha reconocido el derecho de un pasajero a ser indemnizado con un millón de pesetas por las molestias sufridas a causa de un retraso de 14 horas en un vuelo de la compañía TWA entre Nueva York y Barcelona.
Espejo reclamó una indemnización de 70.000 dólares (unos 9,5 millones de pesetas) por el retraso y por la pérdida de un contrato, pero el juez Joaquín Ebile sólo ha atendido su demanda en parte.Todo ocurrió cuando el empresario y su esposa regresaban a casa tras su viaje de novios, el 13 de agosto de 1989. "Nos tuvieron 7 horas y 30 minutos en el aeropuerto John F. Kennedy esperando a que despegara el Boeing 747. Sin fumar, sin darnos ni un refresco y con el respaldo del asiento en posición vertical" recuerda Espejo. "Cuando lo pienso, aún me indigno", dice.
Tras dos horas a bordo, se les informó de que el vuelo sufriría una nueva demora porque el avión llevaba un motor extra acoplado en un ala para ser instalado en otra aeronave, averiada en Lisboa. Y en Lisboa esperaron otras siete horas largas.
El empresario afirmaba ayer que el vuelo se "realizó sin las garantías de seguridad exigibles, pues el aparato llevaba un motor de más en una de sus alas". Lo que más le indignó, dice, que no se les dieron explicaciones suficientes y que el trato fue "antipático en todo momento".
La sentencia analiza las condiciones del contrato de transporte por las que las compañías eluden responsabilidad por modificación de horarios. Según el magistrado, esas cláusulas se basan en la imprevisibilidad de los problemas técnicos y de los fenómenos naturales, pero no eximen a las compañías de responsabilidad por los retrasos. "Lo cierto es que el retraso sufrido desbordó los límites de lo razonable", argumenta la sentencia, "y que un retraso de esta amplitud está fuera de la previsión y de la comprensión de cualquier usuario". El juez añade que la indemnización debe referirse no sólo a los gastos de la espera, "sino también a cualquier perjuicio" que sea "consecuencia directa del retraso".
La sentencia sólo condena a la compañía a pagar los gastos de la espera y a un millón de pesetas de indemnización por daños morales. TWA, que en el pleito achacó la demora a "exigencias técnicas y de seguridad", ha recurrido ante la Audiencia de Barcelona.
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