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El relevo de Rocard no resuelve la crisis de los socialistas franceses

"No basta con cortar una cabeza para devolverle un cuerpo, energía e ideas al PS [Partido Socialista]", dice Lionel Jospin, uno de los dirigentes socialistas que no quisieron votar contra Rocard. Para Martine Aubry, ex ministro de Trabajo, futura alcaldesa de Lille e hija de Jacques Delors, "lo que necesitamos no son lemas, sino programas".De momento, el cuerpo y la cabeza del recompuesto PS parecen ir en direcciones distintas. Mientras el nuevo secretario general, Henri Emmanuelli, ha anunciado "un giro a la izquierda", algunas de las corrientes a las que le debe el cargo han advertido que no aceptan un "retorno al arcaismo" y reclaman "que la base pueda elegir su dirección". En su día, cuando Laurent Fabius, hijo de un rico anticuario, quiso hacerse con el control del PS, Henri Eminanuelli le dijo que "no se hereda el partido como quien hereda un Aston Martin". Ahora Fabius ha puesto a Emmanuelli al volante de un vehículo vetusto que no se atreve a conducir.

En el PS, el problema es de perversión de la democracia interna. Las corrientes controlan el aparato sin necesidad del respaldo de la base, que lleva tiempo sin poder expresarse debido a que los barones han preferido una unanimidad de fachada que evitaba votaciones.

Fabius fue derrotado por una coalición de rocardianos, izquierdistas y jospinianos. Ahora Rocard ha caído porque así lo han querido fabiusianos, izquierdistas, mitterrandianos y algunos jospinianos. Las alianzas cambian, pero los cabecillas permanecen.

La situación de Emmanuelli es inestable. Descansa sobre el volcán de una alianza de enemigos. El es el antiguo presidente de la Asamblea Nacional y también el anterior tesorero del PS. El asunto de las falsas facturas le salpicó, pero él reaccionó con valentía y explicando los hechos con claridad. Para este hijo de obreros comunistas, "los matices son muy importantes para el pensamiento, pero un lenitivo para la acción. Y yo prefiero ser un bruto de izquierdas que avanza antes que un intelectual parisiense anestesiado".

Ni a Fabius, ni a Delors, ni a Lang, ni a casi ninguno de los que le votaron les gusta esa manera de hablar y pensar. Para ellos Emmanuelli es una solución provisional, una pieza más de un rompecabezas que no logra encajarlas del todo y formar un dibujo coherente. Si la solución del PS queda aplazada por ahora hasta el congreso de otoño, la batalla, no. Esa sigue viva.

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