_
_
_
_

Los familiares de los seis catolicos asesinados en, el Uster piden que no haya actos de venganza

La pequeña localidad de Loughinisland, en Irlanda del Norte, y el resto de la provincia intentaban reconciliarse ayer con la trágica experiencia sufrida la noche anterior. Una tranquila aldea, habitada predominantemente por católicos, recibió una visita inesperada y fatal a última hora del sábado, mientras se disputaba el partido Italia-Irlanda: los forasteros, dos activistas norirlandeses de la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF, organización paramilitar unionista), dejaron tras sí un saldo de seis muertos y 10 heridos en pocos minutos.Ayer, los familiares y amigos de las víctimas, una de ellas en estado muy crítico, pidieron que no haya venganza. Y el ministro británico de Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, insistió en que los autores de la mortandad "no conseguirán ningún objetivo político ni ninguna concesión".El primer ministro británico, John Major, habló de "otro acto diabólico de seres viles" para referirse al ataque contra O'Toole's, el único pub de Loughinisland. Allí estaban concentradas cerca de 25 personas, tanto católicos como protestantes, según testigos presenciales. El equipo de Irlanda ya había metido su primer gol del mundial de fútbol y los parroquianos seguían con los nervios a flor de piel la retransmisión de la segunda parte del encuentro contra Italia.Los exclamaciones de alegría por la ansiada victoria irlandesa pronto se tornaron en gritos de terror y sollozos. Cuerpos sin vida cayeron unos contra otros por el ataque de los dos pistoleros del UVF, que dispararon a placer contra la clientela de O'Toole's. Según un portavoz del Royal Ulster Constabulary (RUC, policía local) fue una casualidad que tan sólo murieran católicos.

En un comunicado reivindicando el atentado, el UVF alegó que la noche del sábado un grupo de republicanos irlandeses celebraba una reunión en el bar de Loughinisland. El portavoz del RUC rechazó la sugeriencia y calificó el atentado como sectario, es decir, como una revancha de los paramilitares unionistas contra civiles católicos. "Es un ejemplo más de la escalada de asesinatos por venganza", denunció ayer un responsable del RUC.

Los atentados sectarios se han desatado en Irlanda del Norte a una velocidad vertiginosa. En los últimos tres días han muerto un total de 10 personas en la provincia.

El jueves, activistas del grupo republicano, Ejército Irlandés de Liberación Nacional, (INLA) mataron a dos protestantes e hirieron a otros dos en la calle Shankill, de Belfast, un área dominada por los unionistas. Desde entonces, los observadores y la policía temían una respuesta brutal e indiscriminada por este atentado en el que murió un dirigente unionista. La noche del sábado, el UVF insistió en su comunicado que "mientras el INLA continúe atacando a los unionistas, seguirán pagando su precio".

Sin embargo, en el atentado de Loughinisland murieron ciudadanos que según los vecinos del pueblo, nada tienen que ver con la actividad política. La elección del blanco estaba destinada a causar el máximo daño entre los católicos. Nadie dudaba de que el local estaría abarrotado durante la retransmisión del Italia-Irlanda.

Imposible fallar

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El partido garantizó a los paramilitares unionistas un golpe que difícilmente podría fallar. Porque, además, las fuerzas de seguridad apenas patrullan esta recóndita aldea, que nunca en su historia ha sufrido de un ataque semejante, pues, como dijo un policía, "aquí no existen tensiones entre católicos y protestantes".La policía insiste en la dificultad de proteger a la población norilandesa en un momento de gran auge en los atentados contra civiles. No es la primera vez que se produce una matanza en un pub frecuentado por católicos. En octubre hubo un incidente parecido en Derry, cuando paramilitares unionistas dispararon contra quienes celebraban la fiesta de Halloween. Los unionistas dejaron tras de sí un saldo de siete muertos y 10 heridos. Tal ataque fue una represalia por el atentado del IRA en Belfast, que costó la vida a diez personas, nueve protestantes y un miembro del propio IRA.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_