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La acompañante de Vilariño asegura en el sumario que iba desarmado

Paloma Suárez Puñal, la mujer que acompañaba en un taxi al atracador Antonio Vilariño cuando éste murió por tres disparos efectuados por un inspector de policía, el 6 de octubre de 1983, declaró ante el juez instructor del sumario que no vio que Vilariño llevase ningún arma y que no hizo ningún disparo contra los policías. Las declaraciones efectuadas por Paloma Suárez once años atrás tuvieron que ser leídas ayer ante el tribunal que juzga a los inspectores de la denominada mafia policial José María Pérez Gutiérrez, Abelardo Martínez García y Jaime Ignacio Cabezas, ya que la principal testigo de cargo no compareció.Tras la muerte de Vilariño, Paloma Suárez declaró ante los inspectores de la brigada que no había podido apreciar si su acompañante sacó una pistola y disparó contra el inspector José María Pérez Gutiérrez por la rapidez con que sucedieron los hechos. Sin embargó, ante el juez instructor modificó esta declaración y negó que Vilariño disparase o que el taxi presentase en la puerta un impacto de bala atri.buido a un disparo del atracador cuando éste fue conducido herido a un hospital.

En la presentación de conclusiones, la representante del ministerio fiscal, el acusador particular en nombre de la hermana de Vilariño, Marcos García Montes, y el acusador popular de la Asociación contra la Tortura, Teodoro Mota, pidieron penas de 30 años para cada uno de los tres procesados como autores de un delito de asesinato. Las tres acusaciones sostienen que los policías se pusieron de acuerdo para matar a Vilariño.

Delitos prescritos

También reclamaron que en los hechos probadog de la sentencia el tribunal declare que las detenciones de Paloma Suárez y el taxista constituyeron delitos de detención ilegal; que los inspectores cometieron sendos delitos de tortura al golpear con un bate a la detenida y tener dos horas esposado al taxista de cara a la pared, y que incurrieron en falsedades documentales al redactar el atestado. Sin embargo, no pidieron pena por estos últimos delitos, al haber prescrito.

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Aunque los tres policías procesados están cumpliendo una sentencia de 100 años de cárcel por otros tres delitos de asesinato cometidos anteriormente y comparecen esposados ante el tribunal, la acusadores solicitaron que se modifique la situación de libertad bajo fianza que tienen decretada en este proceso y se cambie por la de prisión incondicional. Los acusadores temen que los policías puedan alcanzar en breve el tercer grado de cumplimiento penitenciario y salir en libertad. Ayer compareció como testigo el inspector Francisco Aguilar González, compañero de los procesados y condenado en 1988 a un total de 29 años de cárcel por la desaparición del delincuente El Nani. Aguilar disfruta de tercer grado penitenciario y sólo acude a prisión a dormir.

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