Historia de una ausencia

La historia de la Organización para la Unidad Africana (OUA), constituida en 1963, es la de una ausencia, que es como decir la historia de un fracaso. Es considerada por algunos observadores como un sindicato de presidentes, más preocupados de garantizar su supervivencia política que por la democratización y el desarrollo de sus pueblos.Las garantías que las Naciones Unidas establecen sobre la inviolabilidad de las fronteras y la no injerencia en los asuntos internos han permitido que atrocidades como las de Ruanda -donde en dos meses de guerra civil han muerto 500.000 personas-, acontezcan sin que la OUA haya sido capaz de convocar ni siquiera una reunión extraordinaria. Tarde y mal, catorce países africanos parecen por fin dispuestos a enviar tropas para "proteger la acción humanitaria".

Es una vieja historia. La guerra de Biafra, a mediados de los años sesenta, terminó con una matanza mientras la OUA se quedaba al margen. La independencia de Namibia fue negociada y decidida entre surafricanos, estadounidenses, rusos, cubanos y angoleños. Ausente de las crisis de Burundi y Ruanda, la OUA siguió silenciosa ante las matanzas de Sudán o la independencia de Eritrea. Tal vez la llegada de la África del Sur de Nelson Mandela sea capaz de insuflarle nueva vida.