Todos contra todos en Italia

Los 43 millones largos de italianos que hoy están convocados a las urnas, donde tras una campaña de tono muy menor se espera que la abstención aumente, deberán decidir su voto en un panorama de formaciones que se combaten con idéntica saña, incluso las que forman parte del actual Gobierno. Es la guerra de todos contra todos, consecuente con el planteamiento revanchista que los partidos sin excepción han hecho de estos comicios.Para Italia, las elecciones europeas, que coinciden con otras regionales, provinciales o municipales que movilizarán a otro colectivo menor de unos 11 millones de votantes, representan una vuelta provisional al sistema electoral proporcional que ha regido en el país hasta las elecciones generales del pasado mes de marzo.

De ahí que los grupos traten de medir sus fuerzas individuales, sobre todo en el panorama político agitado que amenaza la supervivencia de algunos mientras abre perpectivas de expansión para otros.

Entre estos últimos destaca Forza Italia, el partido del presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, que ha planteado estas elecciones como una especie de plebiscito personal, pidiendo el voto a los italianos como si fuera un voto de confirmación para reforzar al nuevo Gabinete.

El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, aliado de Silvio Berlusconi, pide, en cambio, un,voto para demostrar que "la Liga Norte sigue aquí e incluso avanza" en lugar de desaparecer, "corno afirman los sondeos de Forza Italia".

Un voto de rechazo de "las polémicas incorrectas alimentadas en Europa por la izquierda" en torno a los ministros neofascistas italianos es, en cambio, un lema básico del líder de Alianza Nacional, Gianfranco Fini, que presenta algunos candidatos a eurodiputados tan nostálgicos del fascismo como Pino Rauti. Por su parte, el líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), Achille Occhetto, ha pedido un voto "para bloquear o mitigar la arrogancia de la derecha, que pisotea las garantías democráticas".