_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El dinero en otras manos

Las Cortes generales han aprobado laLey de Autonomía del Banco de España, por la que la política monetaria pasa exclusivamente a manos del Banco emisor. Además, queda prohibido al Banco de España prestar cantidad alguna al Estado, a las Comunidades autónomas o a las entidades locales. Es una verdadera revolución en la dirección de las finanzas españolas.Queda por definir la regla por la que el Banco debe guiar su manejo del dinero y los modos de garantizarla. Voy a proponer alguna cosilla que a lo mejor no le gusta a mi buen amigo el gobernador Luis Ángel Rojo, pero no callaré "por más que con el dedo señaléis ora la frente, ora la boca...".

Según la nueva ley, "el Banco de España formulará, instrumentará y dirigirá la ejecución de la política monetaria". Tal soberanía monetaria está reglada, puesto que el Banco habrá de actuar "en el marco de una política de, estabilidad económica marcada por los poderes públicos y con el objetivo especial de lograr la estabilidad de precios". Cumpliéndose ese objetivo primordial, el Banco "apoyará la política económica general".

Otra limitación es que dicha autonomía durará lo que tarde en instituirse la Unión Monetaria Europea. De hecho, tiene como fin que nuestra macroeconomía convea hacia las de los países más arreglados, hasta que sea posible crear un banco autónomo europeo. "Cuán largo me lo fiáis"... (Esta cita no es de Quevedo).

Se trata en el fondo de una norma de autodenegación de la democracia para vencer el vicio de la inflación, como un fumador que deja de comprar tabaco (y no puede pedirlo prestado). El busilis de la cuestión está en la regla precisa que ha de gobernar la actuación del Banco. Es cierto que el cambio exterior de la peseta lo sigue decidiendo el Gobierno (y los mercados), con lo que la última ratio queda en manos de la autoridad electa. Pero de todas maneras, en una democracia, la autoridad no elegida debe estar sometida, no sólo a la obligación de informar regularmente al Gobierno y al Parlamento, sino a un regla claramente expresada. Lo contrario sería entregar la soberanía a los mandarines.

La Ley no es suficientemente precisa: "el Banco de España formulará la política monetaria mediante el establecimiento... de objetivos intermedios de crecimiento de las magnitudes monetarias o de tipos de interés o por medio de la utilización de otros procedimientos que juzgue convenientes". En suma, lo hará usted como más le plazca.

Un reciente artículo de Andreas Fisher en el Cato Journal relata las experiencias de Nueva Zelanda y Canadá en la forma de reglarse un banco autónomo. Los bancos centrales de ambos países se han fijado un objetivo preciso en términos de la tasa de inflación a la que aspiran, y en Nueva Zelanda, el sueldo del gobernador me dicen que depende de que la inflación no sea mayor que el 2% ni menor que el cero.

Los monetaristas hemos propuesto muy diversos modos de expresar la regla a la que ha de atenerse el banco central con su conducta de la política monetaria.. Ninguna ha funcionado muy bien. Un objetivo de crecimiento para el dinero, básico puede no traducirse en el buen comportamiento del crédito, por causa de la innovación financiera y el comportamiento procíclico del sistema crediticio. Un objetivo para las disponibilidades líquidas podría funcionar si el banco pudiese controlarlas, que no puede. Usar los tipos de interés es ambiguo y tienta al banco a hacer política coyuntural.

Lo mejor sería que el Banco, se comprometiera ante el Gobierno y las Cortes a un objetivo de inflación, a conseguir antes de un determinado plazo. Los medios para alcanzar esa inflación cero quedarían al arbitrio de sus autoridades. Y si se pasaran o se quedaran cortos, recorte de sueldo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_