Israel confina en Jericó a cientos de ex reos palestinos

Jalil al Zugaibi estaba deseoso de volver a casa cuando los soldados israelíes le dijeron que iba a salir de prisión. Pero en vez de regresar a su domicilio este palestino de Jenin, en Cisjordania ocupada, acabó ayer viernes en la zona autonóma de Jericó, a 90 kilómetros de su ciudad de origen. "Eran las once de la noche y no nos dimos cuenta de dónde estabamos", dijo Zugaibi, de 30 años, mientras acariciaba a su hija de cuatro años. "Quedé sorprendido cuando me di cuenta que estaba en Jericó".Israel liberó el jueves a cientos de presos y obligó a 287 a vivir de hecho desterrados en Jericó. Fueron llevados allí tras siete horas de discusión, que los antiguos reos siguieron sentados en autobuses militares, entre el Ejército israelí y la policía palestina cuyas interpretaciones del acuerdo de paz divergen.

Los antiguos reos dan vueltas alrededor de un restaurante de Jericó, hacen cola para llamar por teléfono a casa y abrazan a los miembros de su familia que, procedentes de todos los rincones de Cisjordania, acuden a verles. Cuentan que la policía palestina les dio el desayuno y les buscó alojamiento en colegios y sociedades caritativas.

La disputa entre el Ejército israelí y la policía palestina para que los acogiese en Jericó concluyó en la madrugada del viernes con el compromiso de los militares de rediscutir en el plazo de 48 horas la situación de los expresos. En un principio, la dirección de la OLP en Túnez se negó a permitir la entrada de los prisioneros e insistió en que se les debía permitir volver a su casa allí dónde esté.

"Pero Finalmente aceptamos quedarnos con ellos durante 48 horas y después discutir de nuevo su situación", afirma el portavoz de las Fuerzas de Seguridad Palestinas, Mohamed Chaker.