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Un lío de empresas

Los retrasos en la tramitación de la renuncia de Javier Arenas como secretario de actas de la empresa Carbones, Comercio y Consignaciones han dado pie a las sospechas. Pero también ha contribuido el lío de empresas y de nombres vinculados a Carbones, Comercio y Consignaciones, que obtuvo a través de una de sus filiales importantes contratos de la Expo 92.Arenas dejó Carbones el 22 de noviembre de 1989. Así figura en las actas de la empresa y en un certificado del consejero delegado de noviembre de 1992, es decir, tres años después, a petición de Arenas.

El 19 de noviembre de 1992, días antes de que Arenas renunciara a su cargo de secretario de actas, Carbones constituyó una filial denominada Saima y Carbones participada en un 50% por una empresa italiana constituida en Luxemburgo, según la Cadena SER.

En el Registro Mercantil de Sevilla figura como miembro de Saima Eduardo Arenas, hermano de Javier. Saima se hizo con el 22,5% de la empresa Coda -ambas con el mismo objeto social-, que obtuvo la concesión de distribución y almacenamiento en la Expo. El entonces director de contratas de la Expo 92 era Francisco Hidalgo Alvarez, socio del despacho del que fue comisario de la Expo, Manuel Olivencia, actual suegro de Arenas.

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