Un balón de oxígeno para las grandes empresas
La bajada de los tipos de interés está permitiendo a las grandes empresas, más activas en la emisión de deuda en los mercados, reducir sus gastos financieros. El sector eléctrico, uno de los más endeudados, puede llegar a ahorrarse este año en torno a 120.000 millones por el abaratamiento del coste de su deuda.El endeudamiento del conjunto de las compañías eléctricas asciende a unos 4,2 billones de pesetas, según datos de Analistas Financieros Internacionales. Aproximadamente el 75% de este montante -unos tres billones- está colocado a un tipo variable, sensible a la evolución del mercado, que en los últimos 15 meses ha pasado de un promedio del 12% a cerca del 8%. Estos cuatro puntos de diferencia son un regalo para un sector que en los últimos dos años se ha visto duramente castigado por el impacto de las devaluaciones de la peseta en el coste de su deuda, que se calculó en cerca de los 100.000 millones a finales de 1992. En el caso de la compañía Iberdrola, la más endeudada del sector (1,7 billones de pesetas), cada punto que cae la remuneración de la deuda que ha emitido a tipo variable le supone un ahorro de 5.700 millones, según un portavoz de la eléctrica.
Pero además, las eléctricas se han visto ayudadas por la decisión de la Administración de mantener invariable la tarifa para este año, cuando normalmente se recogen en la misma la variación, a la baja o al alza, de los costes financieros.
Reconvertir la deuda
Renfe es otra de las grandes compañías que se ha beneficado del recorte. De enero a abril de este año, la compañía ferroviaria tuvo unos gastos financieros de 35.822 millones de pesetas, sólo un 0,5 más que lo desembolsado en el mismo periodo de 1993 a pesar de que el montante total de la deuda, que se acerca ya al billón de pesetas, ha aumentado en los últimos meses. "El impacto ha sido muy positivo", señalan fuentes de la compañía. "Habíamos apostado por situarnos en los plazos más cortos con volúmenes fuertes para aprovecharnos de la bajada de tipos y luego, cuando ésta se ha producido, hemos ido reconvirtiendo la deuda, colocándonos en plazos más largos con unos tipos más bajos [de un promedio del 13 al 8%]".
A Telefónica también le favorece el recorte de los intereses. Al final de 1993, explica un portavoz de la compañía, la deuda de la compañía de mayoría pública era de 1,74 billones frente a los 1,83 de 1992. La caída de tipos contribuyó a este descenso que, no obstante, se frenó por las devaluaciones de la peseta durante ese año. En total, los gastos financieros crecieron un 1,8%, hasta los 235.000 millones. "Lo uno compensó lo otro", dice la misma fuente. Para este año la previsión de Telefónica es reducir a 210.000 millones el coste de la deuda. Un objetivo que esperan conseguir tanto con el abaratamiento de su financiación como con la reducción pura y dura del pasivo.
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