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Bayrou aprobará el presupuesto de Francia por decreto pese a la amenaza de moción de censura

La izquierda dice que intentará tumbar al Ejecutivo si recurre a ese método, pero el primer ministro confía en que la ultraderecha y los socialistas se abstengan y las cuentas de 2025 salgan adelante

François Bayrou, el 28 de enero en la Asamblea Nacional.
François Bayrou, el 28 de enero en la Asamblea Nacional.Gonzalo Fuentes (REUTERS)
Daniel Verdú

El primer ministro de Francia, François Bayrou, volverá esta semana al lugar del crimen donde su predecesor sufrió la emboscada de la extraña alianza entre la extrema derecha y la izquierda. El jefe del Gobierno aprobará el presupuesto para 2025 a través del artículo 49.3 de la Constitución que permite utilizar un decreto y saltarse el apoyo del Parlamento. El problema es que dicho mecanismo, que ya utilizó Michel Barnier antes de tener que dimitir el pasado diciembre, lleva aparejada la posibilidad de imponer una moción de censura que la izquierda ya ha anunciado que utilizará. La única incógnita es saber si esta vez el Partido Socialista (PS) se abstendrá y si la ultraderecha de Marine Le Pen participará del movimiento.

Bayrou, en realidad, no tenía demasiadas más opciones. El primer ministro anunció el sábado en el semanario La Tribune Dimanche su decisión, que se ejecutará este lunes por la tarde cuando los diputados escuchen las conclusiones de la comisión mixta paritaria sobre el presupuesto del Estado, lo que supondrá el primer uso del 49.3. Posteriormente, pasarán a la nueva lectura del presupuesto de la Seguridad Social, teóricamente hasta el viernes, ocasión para un segundo uso de este mecanismo si es que el Ejecutivo sigue en pie tras las previsible moción de censura del miércoles. “Ahora hay que proceder sin demora a la adopción. Un país como el nuestro no puede quedarse sin presupuesto. La única manera es comprometer la responsabilidad del Gobierno. Eso se hará este lunes”, afirmó Bayrou, quien espera que “en 10 días” Francia tenga “por fin los presupuestos indispensables para la vida de la nación”.

El uso del 49.3 por parte del primer ministro conlleva un riesgo de moción de censura, ya que el izquierdista La Francia Insumisa (LFI) ha anunciado que presentará mociones en este sentido, las cuales deberían recibir el apoyo de los comunistas y los ecologistas. Sin embargo, Reagrupamiento Nacional (RN), el partido de Le Pen, y el PS aún no han dado a conocer sus intenciones. Todas las miradas están especialmente puestas en los socialistas, con quienes el Gobierno lleva varias semanas negociando el presupuesto.

Las cosas entre el partido que lidera Oliver Faure y el Ejecutivo iban relativamente bien hasta que la semana pasada, durante una entrevista televisada, Bayrou habló de la inmigración y dijo que “sumergía” a Francia. La expresión, utilizada habitualmente por la ultraderecha, molestó sobremanera al PS, que anunció la congelación de las negociaciones. Los socialistas pidieron una rectificación de Bayrou, que nunca llegó, y aumentar las concesiones presupuestarias, algo que todavía no se ha materializado. El Ejecutivo, de este modo, vuelve a estar en el abismo solo un mes y medio después de la caída del Gobierno de Barnier.

Una gran parte del PS se inclina por volver al bloque del Nuevo Frente Popular con los ecologistas y LFI y votar la moción. Pero algunas voces del partido, como el antiguo primer ministro Lionel Jospin, no. “En caso de que la moción prospere, lo que ocurriría es que la Administración quedaría sin dirección y, dada la dramática situación financiera en la que nos encontramos, no habría ni presupuesto ni ley de financiación de la Seguridad Social”, advirtió el sábado en France 5.

Jospin elevó el tono para referirse a la situación en la que podría encontrarse el país sin un presupuesto. “¿Quién podría hacer frente al drama de Mayotte? ¿Quién trabajaría por la reconciliación en Nueva Caledonia? ¿Quién garantizaría (…) la seguridad? ¿Quién (…) lanzaría finalmente este plan contra el narcotráfico? Votar la censura hoy, efectivamente, no sería responsable”, concluyó.

Más allá de la postura que adopten los socialistas, es importante ver también cuál sería la posición del RN en caso de que el miércoles se votase una moción. Entrevistado en el programa Dimanche en politique de France 3, el influyente diputado y portavoz en la Asamblea del RN, Jean-Philippe Tanguy, criticó duramente “un presupuesto muy malo para Francia”. “Este presupuesto no es viable para Francia; es peor que no tener presupuesto”, declaró, considerando que era necesario “bloquearlo”. “Debemos sumarnos a la moción de censura”, afirmó, aunque precisó que se trataba de su “opinión personal” y que no comprometía a su grupo, asegurando que acataría la decisión del presidente del RN, Jordan Bardella, y de la presidenta del grupo de extrema derecha en la Asamblea Nacional, Marine Le Pen. Tanguy centró sus críticas sobre todo en el aumento del precio de la electricidad, la crisis migratoria y la política de seguridad del Gobierno. Una manera de dejar la puerta abierta a una última negociación.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes
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