¿Yo, Sedentario?
El 40% de los españoles no realiza ningún tipo de ejercicio físico saludable
Con Amparo Calderón, ama de casa de 41 años, y Pedro Benítez, de 39, directivo en unos grandes almacenes, se pueden identificar muchos españoles que "no paran en todo el día". Sin embargo, a pesar de hacer muchas cosas a lo largo de toda la jornada, no practican con cierta regularidad deporte ni ejercicio físico. Se encuentran, por tanto, incluidos en el porcentaje del 40% de españoles que son sedentarios, según un estudio que acaba de realizarse en todo el territorio nacional.Ese trabajo, que ha estudiado, entre otros valores, el ejercicio físico añadido a la actividad profesional o rutinaria de cada individuo, ha sido desarrollado por la unidad de lípidos del hospital Clínico San Carlos de Madrid y el servicio de bioquímica de la Fundación Jiménez Díaz, de la misma ciudad bajo la dirección del doctor José Antonio Gutiérrez Fuentes, jefe de la unidad de lípidos del Clínico. El estudio Dieta y riesgo de enfermedades cardio vasculares en España (DRECE), realizado sobre una población de 5.041 personas de edades entre 5 y 60 años, revela que a medida que aumenta la edad desciende la proporción españoles que practican algún tipo de ejercicio fisico.
Mientras que en la banda de 5 a 12 años hace ejercicio el 80% de los españoles, en la banda de 45 a 65 ese porcentaje se reduce al 20%. Y, paradójicamente, las mismas cifras disminuyen al 13% en el margen de edad entre 25 y 45 años, periodo que suele coincidir con el de una gran entrega al trabajo y, en el caso de muchas mujeres, con el de mayor dedicación a los hijos.
Por comunidades autónomas, el DRECE muestra un claro predominio en cuanto a práctica de deporte o ejercicio de aquellas comunidades situadas en la mitad norte, frente a las ubicadas en las zonas de Levante o sur. Curiosamente, las islas Canarias son la comunidad en donde menos ejercicio se hace, superando en 10 puntos la media nacional. Estos datos subrayan la importancia del clima como agente modificador del comportamiento humano y corroboran que las altas temperaturas predisponen a una menor actividad física.
Las bondades del ejercicio para la salud son admitidas por todos los médicos: es un perfecto sistema de combustión calórica, reduce el colesterol malo (LDL) y eleva el colesterol bueno (HDL), baja la tensión arterial, favorece la circulación de retorno, mejora la ventilación pulmonar y la circulación coronaria, fortalece músculos, tendones, ligamentos y cartílagos, mejora el ritmo intestinal, da elasticidad y firmeza al tejido cutáneo. Mediante estas acciones se previenen problemas como la obesidad, arteriosclerosis, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, varices, artrosis y osteoporosis, estreñimiento y envejecimiento prematuro de la piel.
"¿Yo, sedentaria?", se pregunta sorprendida Amparo Calderón, que cuenta que con cinco hijos y sin ayuda en casa no para desde las siete de la mañana: "Empiezo levantando a los niños, los preparo y, salvo a los dos mayores, los llevo al colegio. Luego, compra, plancha, lavadora, limpieza, comida... No tengo un minuto libre hasta que están en la cama".
Con distinto tipo de actividad, pero también a delirante ritmo, transcurre la jornada como alto ejecutivo en unos grandes almacenes españoles de Pedro Benítez. Reunión tras reunión, comidas de negocios y toma de importantes decisiones para la empresa son algunas de las características de su trabajo diario. "En realidad no paro, pero es cierto que la mayor parte del día me la paso sentado. Ya sé que es muy bueno andar y desde casa al trabajo tardaría caminando 40 minutos, pero es un lujo de tiempo que no puedo permitirme. Sólo muy esporádicamente juego al squash con algún amigo un día del fin de semana", admite.
Los especialistas médicos advierten que no hay que confundir una actividad estresante con una actividad física relajante y beneficiosa para la salud. "Generalmente, el ama de casa", dice Gutiérrez Fuentes, "Ileva una vida muy sedentaria, y otro tanto les ocurre a los ejecutivos. No sucede así con profesiones activas per se, como bombero, albañil o minero. Para ser francos, hay que reconocer que el sedentarismo nos afecta a la mayoría de los habitantes de las grandes ciudades. En los núcleos pequeños de población se va andando a trabajar, se pasea habitualmente y también es más fácil dedicar tiempo al deporte".El primer riesgo que supone el sedentarismo para la salud es la obesidad y todo lo que esta situación condiciona, según el doctor Basilio Moreno Esteban, jefe clínico de endocrinología del hospital Gregorio Marañón de Madrid. En palabras de este experto, el 30% de la población de los países desarrollados tiene obesidad, estado que predispone a muchas alteraciones metabólicas (diabetes), lipídicas (arteriosclerosis), cardiovasculares (infarto, hemorragia cerebral, tromboflebitis) y músculo-esqueléticas (artrosis, osteoporosis).
"Hay que tener presente que el sedentarismo es un factor de riesgo cardiovascular y que en muchas personas aparece, frecuentemente, junto con otros factores de riesgo, como la obesidad, la diabetes, el colesterol elevado, la hipertensión y el tabaquismo. Y, como es sabido, la suma de varios factores de riesgo multiplica las posibilidades de que aparezca el accidente cardiovascular", afirma el doctor Jordi Soler, jefe de cardiología del hospital Valle de Hebrón, de Barcelona.
Infarto y muerte súbita
"En el medio laboral es donde coexisten mayor numero de factores de riesgo cardiovascular, con una alta incidencia de sedentarismo", indica el doctor Manuel Peña, director de la sección de cardiología preventiva de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo. Peña señala que el 75% de los episodios coronarios (infarto, angina de pecho y muerte súbita) se da "en población activa, principalmente en varones de 40 a 55 años, que suelen ser sedentarios y presentan algún otro factor, como colesterol elevado, hipertensión u obesidad".Ya lo dijo hace casi 20 siglos en sus Sátiras el poeta latino Juvenal: Mens sana in corpore sano. Y los médicos, con todos los conocimientos científicos actuales, no sólo no rebaten este aforismo, sino que lo suscriben fervientemente. Todos los especialistas consultados subrayan la importancia de la práctica regular de deporte o ejercicio para el equilibrio psicológico de la persona.
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