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Honecker, ex presidente de la RDA, muere en Chile de un cáncer de hígado

Erich Honecker, el otrora todopoderoso jerarca comunista alemán, murió ayer en Santiago de Chile, a los 81 años de edad, aquejado de un cáncer en el hígado que le llevó varias veces en los últimos meses a tratamientos y análisis médicos. El último presidente de la antigua Alemania Oriental murió a las siete y media de la mañana (hora local) en su domicilio particular, y en sus últimos momentos de vida estuvo acompañado de su esposa, Marta, y su hija Sonia. En diciembre pasado, el que fuera uno de los más importantes mandatarios comunistas fue sometido a una operación de corazón. En esa ocasión se le implantó un marcapasos.

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Un médico cercano a la familia informó que Honecker se había negado en los últimos días a someterse a una nueva operación para hacer frente a su avanzado cáncer hepático. El facultativo agregó que el antiguo líder comunista permaneció postrado en cama durante los últimos tres meses y en los últimos 15 días fue alimentado con suero intravenoso.El comandante de la policía de Carabineros chilena, Iván Muñoz, aseguró, por su parte, que el anciano líder comunista falleció a las 07.30 (13.30 hora peninsular española) a consecuencia de una anemia aguda.

El antiguo líder comunista residía en Chile desde enero de 1993 -junto a su esposa- en una propiedad de su hija Sonia, quien está casada con un ciudadano chileno. Honecker llegó a Chile después de un accidentado proceso diplomático.

Después de su derrocamiento el 18 de octubre de 1989, Honecker huyó, ya enfermo, a Moscú con su esposa. Allí, en 1991, recibió protección diplomática en la Embajada de Chile.

El embajador chileno en Moscú era entonces el ex líder socialista Clodomiro Almeyda, quien años antes había recibido, junto a otros 5.000 chilenos, asilo político en la antigua República Democrática Alemania como consecuencia de la represión que impuso en Chile el régimen militar del general Augusto Pinochet.

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El Gobierno de Patricio Aylwin estuvo sometido a fuertes presiones para entregar a Honecker a la justicia alemana, que en mayo de 1992 acusó al ex jerarca comunista de la muerte de unas 200 personas, abatidas cuando intentaban cruzar el muro de Berlín. Las autoridades chilenas solicitaron a Honecker que abandonara su embajada en Moscú, tras lo cual fue expulsado de Rusia y se enfrentó a los tribunales alemanes.

Después del juicio -que duró dos meses- Honecker fue puesto en libertad precisamente por lo avanzado de su enfermedad.

En enero de 1993 viajó a Chile junto a su esposa Marta -ex ministra de Educación de la desaparecida RDA- Las autoridades chilenas señalaron entonces que a la pareja se le concedería visado de residencia "por razones humanitarias".

Durante su permanencia en Chile, los Honecker llevaron una vida reservada y alejada de círculos sociales y políticos.

Los restos del ex presidente comunista serán incinerados hoy en el cementerio general de Santiago, donde estaba previsto que ayer fuera instalada la capilla ardiente.

"Ya era hora"

Los testimonios de ciudadanos alemanes recogidos ayer en las calles de Berlín mostraban indeferencia hacia el fallecido líder de la RDA. "¿Ha muerto? Finalmente, gracias a Dios", declaraba un joven entrevistado por la televisión alemana, informa Reuter. Una mujer de mediana edad respondía: "Ya era hora de que desapareciera. Creo que ya hizo bastante daño". Mientras que otro transeúnte de avanzada edad se expresaba cori absoluta frialdad: "Era anciano y estaba enfermo, pero no siento ningún pesar por su muerte".El portavoz oficial del Gobierno alemán, Dieter Vogel, declaró: "Honecker erró en sus objetivos. Su política causó daño a mucha gente en Alernania".

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