La oposición también es culpable
La situación tan irregular que vive España en estos días nos angustia y nos coloca en un estado incómodo y nervioso. Anhelamos que se imponga la cordura y la normalidad, y que la honradez y la seriedad sean las cualidades que presidan todos los comportamientos de los hombres, tanto de los de a pie como los de las personas que ocupan un cargo político.Nos llena un poco de perplejidad observar con qué descaro y cinismo denuncia y acosa la oposición al Gobierno por la reacción tardía y por la negligencia evidente con que ha tratado tanto caso de corrupción. Califico de cinismo su actitud no porque quiera justificar lo injustificable, sino porque los hechos presuntos, que están en la primera página de nuestra vida, salpican tanto a la oposición como al Gobierno. También existen pecados de omisión, que entrañan una seria responsabilidad política ineludible.
La oposición tiene como función primordial controlar toda acción del Gobierno, aparte de otras. atribuciones, y, por lo que conocemos, la oposición no ha denunciado ni un solo caso de corrupción, ha tenido que ser la prensa. la que ha sacado a la luz los lamentables hechos que empañan actualmente la vida pública española. ¿Qué ha estado haciendo la oposición mientras sucedían estas cosas? ¿No ha sido también víctima de la "buena fe"? O, seguramente, se encontraba ensimismada jugando a los crucigramas o empeñada en elaborar discursos de acoso y derribo. Y, ahora, se lava las manos como Pilatos mientras carga el anzuelo para pescar en agua revuelta, cuando se ha contribuido con la apatía y la desidia a enturbiar el charco.
Aquí está en juego la democracia, y creo que un demócrata, en estos momentos de tremenda inquietud, no debe dedicarse a satisfacer su paladar regustándose en acusaciones demagógicas que no contribuyen nada a aclarar la situación. Es el momento de que se dé prioridad a la salvación de un sistema político, que está en juego y fue apoyado por la mayoría de los españoles. Después de que las aguas vuelvan a su cauce, es el momento de pedir responsabilidades políticas y que pague quien deba pagar.-
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