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El viaje de vuelta a Pekín sale gratis, paga España

Al menos 150 chinos han sido detenidos en Madrid desde que comenzó 1994. Las batidas contra la inmigración ilegal china y las redes que se dedican a importar ciudadanos de ese país se repiten sin apenas tregua.La policía asestó el pasado mes de marzo a la inmigración ilegal china de Madrid uno de los mazazos más duros. El día 17 detuvo a 63 chinos, entre ellos el jefe de la red, y desmanteló ocho talleres clandestinos de confección. Sólo unos días después, capturó a otros 47 inmigrantes orientales que trabajaban en cinco talleres.

Una vez detenidos, para muchos llega el regreso obligado. ¿Cuántos de los 150 chinos detenidos en lo que va de año han sido repatriados? Es una incógnita: ni el Ministerio de Asuntos Exteriores, ni el de Interior, ni la Brigada de Documentación, ni la Jefatura Superior de Policía, ni la: Delegación del Gobierno fueron capaces ayer de informar sobre este dato.

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Si son los propios inmigrantes orientales quienes empeñan sus patrimonios y salarios futuros para pagar a las redes que les traen ilegalmente a España, la vuelta, el regreso a China tras la expulsión, se endosa a un bolsillo bien distinto: el erario público español.

Un billete de avión normal entre Madrid y Pekín ronda las 220.000 pesetas. Son mínimos los casos en que el viaje corre por cuenta del propio afectado o de su embajada. Lo normal es que el dinero salga "de los cientos de millones que anualmente libra el Gobierno para la deportación de inmigrantes" afirmaron ayer fuentes de Interior.

"Cuando un chino es detenido en España y carece de documentación", explica un portavoz de la Embajada de China en Madrid, "la policía requiere nuestra colaboración para identificarle. Acreditado su origen, se le repatría. En este caso, es el Gobierno español quien abona los gastos del viaje. En cambio, si posee documentación, pero no permiso de residencia, la repatriación debe pagarla él mismo. Y si no tiene dinero, su embajada", agrega el citado portavoz.

¿Cómo llegan a Madrid?

La policía sostiene que en la capital madrileña hay, al menos, seis redes dedicadas a importar ilegalmente hombres y mujeres de China, extorsionar a sus compatriotas legales y blanquer el dinero en talleres de confección, restaurantes, lavanderías y laboratorios de fotografía. Estas redes son las temidas tríadas. Llegan a España por distintos sitios. Saltan a Hong Kong, desde ahí a Bolivia y desde allí a España, haciéndose pasar por nativos indios; también llegan desde Tanger, en pateras; desde Portugal, por pasos naturales, y desde Moscú y las capitales del Este, por carretera.

El viaje a España puede costarles entre 800.000 pesetas y tres millones. El dinero se lo presta la organización, pero luego hay que devolverlo, con la oportuna gabela. Alcanzada la capital madrileña, deberá devolverlo con su trabajo. La paliza es la respuesta al impago. Los matones de las mafias cortan orejas por 100.000 pesetas y propinan una paliza por 50.000.

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