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Una madre, acusada de acuchillar a su hija de nueve años en el corazón

Presunto intento de parricidio. María José M., de 35 años, fue detenida ayer como principal sospechosa del acuchillamiento que sufrió su hija el pasado día 8. La mujer, en un primer momento, declaró que había dejado a la niña, de nueve años, sola en casa mientras ella iba "de compras". La cría, herida gravísimamente en el corazón, manifestó que se había caído sobre un abrecartas. La policía duda de ambas declaraciones y sostiene que la niña, sumida en una fuerte depresión desde la separación de sus padres, quiso exculpar a su madre.

María José fue detenida en la mañana de ayer e ingresó en las dependencias de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, donde permanecía por la tarde. La acción policial llega a los nueve días del suceso.Las causas exactas del apuñalamiento seguían ayer en la oscuridad. La hipotésis de que estuviese relacionado con el trauma sufrido por la familia tras la ruptura matrimonial no era descartada por los investigadores.

Los hechos que han culminado en la detención de la madre se remontan al domingo 8 de mayo (véase EL PAÍS de ese día). Aquella noche, María José y su pequeña regresaron a la capital procedentes de la localidad costera de Gandía (Valencia). Allí pasaron el fin de semana en un intento, de olvidar las tensiones familiares ligadas a la separación matrimonial.

Al llegar sobre las once de la noche a su domicilio en Madrid, la pequeña se puso el pijama y se dispuso a dormir. A partir de ese momento la reconstrucción de los hechos se oscurece.

Según sostuvo la madre antes de su detención, la niña se quedó sola en casa jugando con una espada de plástico y un cuchillo. Entretanto, ella, según su relato, acudió a un Vips para comprar comida, ya que la nevera estaba vacía.

Profunda depresión

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La madre sostiene que después regresó al piso y, al intentar abrir la puerta, se percató de que se había, dejado las llaves dentro del domicilio. Llamó al timbre durante un buen rato sin que nadie le abriese. Pidió ayuda, siempre según la citada versión, a un vecino y a un cerrajero. Cuando finalmente consiguieron entrar, las luces estaban apagadas, y la pequeña, tendida en el tresillo. A su alrededor, mucha sangre. Una profunda herida marcaba su corazón.La niña fue trasladada urgentemente en ambulancia al Hospital Clínico, donde fue operada con éxito. La herida le había afectado el pericardio.

Tras recuperar la consciencia, la cría fue interrogada por la policía en presencia de un psicólogo infantil. La pequeña exculpó a su madre. Dijo que se había quedado dormida sobre el tresillo. "Me caí al suelo y, como me salía mucha sangre, me tumbé sobre otro sofá. Creo que al caer me clavé el abrecartas", afirmó la menor. En el hospital, sin embargo, le iniciaron al padre que la herida sufrida por la niña en el corazón difícilmente pudo ocurrir tal y como ella contaba.

La versión de la madre y las incoherencias del relato de la pequeña agudizaron las sospechas de los investigadores de Homicidios, quienes inspeccionaron el domicilio y descubrieron juntó al tresillo un cuchillo -no un abrecartas, como declaró la niña- con el puño negro y la hoja manchada de sangre.

La separación matrimonial abrió una brecha en la vida anímica de la madre y la hija. La pequeña, a sus nueve años, ha requerido de asistencia psicológica. Un informe anterior al acuchillamiento pone de relieve la intensidad de su depresión.

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