El candidato de la oposición acusa a Balaguer de "fraude escandaloso" en las elecciones dominicanas
El proceso electoral dominicano se ha sumido en una situación caótica. A las irregularidades encontradas en las listas, que obligaron el lunes a la Junta Central Electoral a prolongar tres horas más la apertura de las urnas, le ha sucedido ahora un recuento cuando menos peculiar: a la una de la madrugada de ayer, los primeros resultados provisionales otorgaban al reformista José Francisco Peña una ventaja de tres puntos sobre el presidente Joaquín Balaguer. No habían pasado cuatro horas cuando un espectacular vuelco colocaba a Balaguer tres puntos por delante de Peña. El candidato opositor habla ya de "fraude escandaloso", y nadie se atreve a predecir el desenlace.
Entrada ya la noche (en España), la tensión subió en la capital, Santo Domingo, cuando tropas de élite del Ejército dominicano e importantes efectivos de la policía, fuertemente armados, tomaron posiciones en los puntos estratégicos.El último boletín oficial de la Junta, emitido en la tarde de ayer tras el escrutinio del 66,4% de los sufragios, daba al presidente Balaguer, de 87 años, líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), un 43,3% de los votos, frente a un 40,4% favorable a Peña, de 57 años, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). El eterno rival de Balaguer y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Juan Bosch, 86 años, se quedaba en un lejano 13,13%.
Era la tónica general del recuento después de un espectacular giro ocurrido tras el primer boletín, cuyo resultado era completamente inverso: un 43% para Peña y un 40% a Balaguer, coincidiendo con el recuento paralelo que llevaba a cabo el centro de cómputo del PRD.
"El Gobierno ha asesinado el sentimiento democrático del pueblo". José Francisco Peña, a quien la mayoría de las encuestas previas daban como ganador, afirmó ayer que las elecciones han sido un fraude escandaloso. También advirtió que estaba "fuertamente presionado" por las bases de su partido para defender "en la calle" lo que considera su victoria.
Según el PRD, las irregularidades en el censo electoral, más abundantes en aquellas provincias donde la proyección del voto favorecía claramente a su partido, han dejado sin votar a 200.000 personas. Peña pedirá la anulación de los comicios en estas provincias "sea cual sea el resultado" y presentará una denuncia ante la Organización de Estados Americanos (OEA). "Con esta elección nos vamos a convertir en el hazmerreír de América Latina", añadió.
En la sede del PRSC, el ambiente era más calmado. Jacinto Peynado, candidato a la vicepresidencia con Balaguer, se mostró convencido de su triunfo, y acusó a Peña de tener una "conducta aventurera" al hablar de fraude y de pretender crear "un clima de zozobra" para compensar la debilidad de su partido. Las denuncias de fraude también fueron recogidas por el partido de Juan Bosch, una escisión del PRD. "En este país hay muchos ladrones en las posiciones de mando", dijo.
A lo largo de la jornada electoral, numerosas mesas se abrieron tarde por la incomparecencia de presidentes o interventores, pero el primer síntoma evidente de que la votación se le había escapado de las manos a la Junta fueron las denuncias de numerosos ciudadanos que se quedaron sin votar porque sus nombres no figuraban en los colegios que les correspondían.
Las protestas de los partidos de oposición ante la autoridad electoral cayeron en saco roto. Pasadas las horas, la envergadura de las irregularidades y las presiones de algunos observadores hicieron reaccionar a la Junta: poco antes de las seis de la tarde, hora del cierre de los colegios, los cinco magistrados anunciaron la prolongación de la apertura de las mesas tres horas más para que todos los ciudadanos con carné pudieran votar donde quiera que estuvieran.
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