Las claves
El arma del Milan es el contraataque. El Barca deberá cuidar su juego posicional, mover muy rápido el cuero en vertical y evitar el pase reiterativo en horizontal.El Milan es superior en el juego aéreo, una faceta que el Barcelona detesta. Salvo Bakero y la estatura de Nadal, no tiene cabeceadores. Dispone el grupo de Sacchi de un buen surtido de jugadas de estrategia. Ninguno de ellos, sin embargo, puede competir con Koeman en la dureza, precisión y velocidad (120 kilómetros por hora) a balón parado.
La delantera del Barcelona puede causar estragos a espaldas de Galli y Maldini. El eje central de la zaga italiana presenta disfunciones muy apetecibles para la velocidad y zurda de Stoichkov y la sagacidad y arte de Romario. El problema del búlgaro puede ser Panucci. El lateral tiene tanto vinagre en sus venas como el delantero azulgrana.
Marcar primero acostumbra a resultar decisivo en una final. Darle un gol de ventaja al campeón italiano es firmar la sentencia de muerte. Metérselo, en cambio, puede ser su ruina.
Las batallas individuales serán decisivas. Bakero y Desailly ejercerán de anclas, mientras Albertini y Guardiola se disputarán el timón.
El trío arbitral es de nacionalidad inglesa. Está acostumbrado al tipo de defensa que hace el Milan.