Socialista

En 1979, mi aportación al libro homenaje a Pablo Iglesias con ocasión del primer centenario de la fundación del PSOE se había referido a los cien años de honradez de que un cartel con la efigie del fundador hablaba. ¿He de sentirme en ridículo estos días?Sienkiewicz hablaba de alguien que había modificado el padrenuestro, y en lugar de rezar "no me dejes caer en la tentación", rezaba: "No me pongas en la tentación, porque caigo". Hay otros, de los que no hablaba el autor de Quo vadis? que hacen cuanto pueden por verse en la tentación para caer gozosamente en ella. Con estos últimos hay que contar cuando se entra en un partido político. Cuando se es decente, se entra en el partido cuyas ideas coinciden con las propias, si no al cien por cien, lo más posible, y se sabe también que en ese partidouno va a encontrar un tanto por ciento de afiliados que lo serán, como uno mismo, por motivos ideológicos, y otro tanto por cierto, quizá demasiado alto, sobre todo si el partido detenta el poder o tiene posibilidades de alcanzarlo, que lo que habrán buscado al afiliarse será medrar a la sombra de ese tan a menudo corruptor poder.Sigo diciéndome y siendo socialista. Una de las razones por las que lo soy es porque estoy sinceramente convencido de que en el partido que he escogido y he hecho mío la deshonestidad puede circunstancialmente darse, pero nunca será esencial en él, mientras que otros partidos que defienden desigualdades, privilegios y abusos que durante siglos y siglos se dieron para mal de nuestro pueblo son esencialmente deshonestos.-