Kama Sutra
En la calma que sigue a la tormenta, unos están tomando posiciones, mientras que otros, más llanamente, se aferran a sus puestos. En estas circunstancias, yo sugiero que el ciudadano de a pie invente nuevas posturas, pues se practica exageradamente estos días en los medios la postura del misionero, y el olor de la sangre ha excitado el deseo de hacerlo more ferarum: el viejo ejemplo animal cuadra bien cuando prima la ley de la selva. (Aprovecho, por, cierto, la ocasión para preguntar a mis lectores catalanes -y al público en general- si sabrían explicarme el contenido de una enigmática pero afamada postura erótica -se practicaba ya en el siglo XIX- que ni don Luis Berlanga, a quien he recurrido, conoce: Manresa les fosques. Toda medida amorosa de extracción catalana, por alambicada que sea, nos puede hoy alegrar la vida).¿Erecciones anticipadas? Si no espabilan, ya ni Aznar nos va a llevar al huerto. Usted, a mi derecha, insiste en verle morbo al bigote profiláctico, mientras que al otro lado aún se confía en el sex appeal de última hora que Felipe -como un novio canalla arrepentido- despierta en la novia de 12 años camino de la urna nupcial. ¿Y los peligros de la frigidez democrática? Si los políticos profesionales no entienden de una vez que el amor, como el tango, es cosa de dos, y muy agarrados, que no se extrañen luego de que nos rapte el primer donjuán aficionado.
Nos reímos de Italia, un país infinitamente más precoz y templado que España. No quiero ni pensar lo que aquí podría levantar una liga. Por no hablar de una fuerza que, bajo el nombre, por ejemplo, de Aúpa España, presentase los siguientes arietes: Jesús Gil, Carrascal, Ruiz-Mateos, Julián Lago y Encarnita. España es tardona y glandularmente algo primaria, pero cuando se levanta, no se olvide, sus alzamientos pueden durarle décadas.
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