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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La madre de todos los vicios

Leo en el membrete de un diario de abril: "Quien pierde la honra por el negocio pierde la honra y el negocio" (Quevedo). Y como -pienso yo- un corrupto no nace, sino que se hace, me apresuro a relacionarlo con el tema de la educación, que me ocupa y me preocupa. Me explico. Etimológicamente, negocio es no-ocio (nec-otium). Siempre oí decir que la ociosidad es la madre de todos los vicios. Cada día me doy cuenta de que es justo lo contrario. "Menos números y más ética", me dijeron que dijo Peces-Barba. Un aplauso para el ex presidente del Parlamento. Y añado: menos negocio y más cultura, más ocio. Calculo yo que las mentes y voluntades cuadriculadas en aras de la técnica y de las ingenierías y de los negocios están anquilosando el corazón, el espíritu de los españolitos. Mañana serán españolazos ansiosos por dar el pelotazo, incapaces de colmar su tiempo de modo humano. Sí, porque acabarán sus carreras, los más, sin un libro de poemas en su haber, en su haber del espíritu, sin un mito con el que explicar sus fobias y suspiros, sin un rito con el que romper la monotonía insulsa del calendario.Dadme un punto de ocio y moveré el mundo de los negociantes. Pues no me lo dan, no señor, que me lo quitan. El punto está en la escuela, y en los institutos, y en las universidades. Pero a las letras, a las humanidades, a "los de letras" y humanistas se nos va arrinconando porque no somos negociantes, porque cultivamos lo improductivo, porque, a fuer de no competitivos, se nos tacha de incompetentes, soñadores utópicos, ilusos, quijotes.-

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