El hueso de Juan Perro
Cuando se rompió Radio Futura, Santiago Auserón se cambió de piel y de nombre. Eligió Juan Perro, tomado de una de las canciones más latinas del grupo disuelto -capital en la música española de la década de los ochenta-, para dejar bien claro cuál era el hueso a roer: la búsqueda de un rock con raíces latinas.Auserón podrá ser un perro, pero no es precisamente un animal irracional y se buscó a un plantel de músicos excelentes para encontrar el hueso. Una base rítmica como no hay dos -Di Geraldo, Dulzaides, Colina- y un buen guitarrista flamenco: Agustín Carbonell El Bola.
Su presentación de hace unos meses en Casa Patas en el comienzo de esta nueva vida, no redondeé. Y ha fichado al Laudrup de la guitarra eléctrica: John Parsons. Con Parsons, el enlace entre el ritmo y la guitarra de El Bola -uno de los grandes problemas de aquellos inicios- resulta perfecto por su sutil dominio de la técnica, el sonido, el volumen y los planos. Como además Parsons remata en unos solos de gran elegancia, Juan Perro ya olfatea la comida.
Juan Perro
Santiago Juan Perro Auserón (voz, guitarra acústica), Agustín Carbonell El Bola (guitarra flamenca), John Parsons (guitarra eléctrica), Javier Colina (contrabajo), Tino Di Geraldo (batería), Luis Dulzaides (percusión). 1.800 personas. Precio: 2.200 pesetas. Aqualung Universal. Madrid, 10 de mayo.
Puerta abierta
Comenzó su recital con Fonda Dolores, para seguir con En la selva, que Parsons llevó casi al country. Enseguida, Cozumel trajo el son cubano, para demostrar que la puesta es multiestilística y cada vez más abierta. Tan abierta que después viajó a Brasil, a la frontera entre México y Texas, a Jamaica y hasta el rock de los cincuenta con una original versión del Summertime blues, de Eddie Cochran. Fueron canciones nuevas como Negril, Caracoles, El mestizo, Perla oscura... composiciones que buscan en exceso no quedar encuadradas en un estilo concreto y, por tanto, a veces poco naturales.Tampoco ha cogido todavía Juan Perro la espontaneidad necesaria para este cambio de piel. No debe resultar fácil cambiar la piel -no la chaqueta- después de una trayectoria como la de Radio Futura. De ahí la frialdad que todavía planea sobre la postura escénica de Juan Perro, sin conseguir aún ese aliento, ese despojarse que caracteriza a las músicas calientes que se mezclan inteligentemente en su repertorio.
Pero el Perro camina deprisa, bien acompañado y por senda clara. El avance de su actuación de anoche en Madrid respecto a la presentación en Casa Patas fue astronómico. Consiguió un recital muy serio, coherente, producido con mimo y de alto nivel técnico. El resto queda para el aprendizaje que acarrea adoptar una postura de riesgo artístico, como es el caso. Convertir en espontáneo algo que no se ha mamado desde niño es el hueso de Juan Perro.
Babelia
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