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Mandela celebra la victoria con la promesa de formar un Gobierno de todos los surafricanos

ENVIADO ESPECIAL Nelson Mandela levantó su copa de champaña en medio de un ensordecedor festival, y todos brindaron por el presidente saliente, por el entrante y por la nueva Suráfrica. Mandela acababa de concluir ante unos mil invitados en un hotel de Johanesburgo su primer discurso de la victoria, en el que se mostró "encantado por el abrumador apoyo recibido por el Congreso Nacional Africano (ANC)" en las elecciones de la pasada semana. El presidente Frederick W. de Klerk y otros líderes políticos le habían ya felicitado y ofrecido su total colaboración, y él prometió incluir a todos en su Gabinete "para conseguir una mejor vida para la gente de Suráfrica'.

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"Por fin ya somos libres"

Anoche, por fin, pudo Mandela proclamar su esperada victoria en las primeras elecciones multirraciales de la historia del país. Lo hizo rodeado de fieles y admiradores en un hotel donde fue recibido como el héroe más grande que haya dado esta tierra, el liberador de los 30 millones de seres humanos que subyugó el apartheid. Tras cantar el nuevo himno nacional, que antes lo fuera del ANC, Mandela leyó su primer discurso como presidente salido de las urnas. "Aunque todavía sólo hemos recibido resultados provisionales estamos encantados por el abrumador apoyo al ANC", palabras que fueron acogidas con gritos de triunfo y grandes aplausos."Nos ha llamado el presidente De Klerk, el ex general Constand Viljoen [líder del afrikáner Frente de la Libertad], Zach de Beer [cabeza del Partido Demócrata] y el vicepresidente del Congreso Panafricanista [un partido a la izquierda del ANCI que me han ofrecido su total colaboración y dado su sincera enhorabuena", anunció Mandela. "Espero que podamos trabajar todos juntos por este querido país".

Mandela adelantó que ya había mantenido contacto con los tres dirigentes mencionados con quienes esperaba contar para su próximo Gobierno de Unidad Nacional y agregó: "Espero mantener conversaciones con los líderes del movimiento de liberación que no han pasado el umbral", del 5% de los votos que establece la Constitución como necesario para entrar en el Gabinete. "Hemos sufrido mucho juntos y me duele que no hayan superado el umbral".

Manos a la obra

El hombre será elegido presidente el próximo viernes en el Parlamento de Ciudad del Cabo dijo que desde hoy mismo el ANC se va a arremangar para trabajar y poner en práctica el Programa de Reconstrucción y Desarrollo (RDP) que pretende crear en un lustro 2,5 millones de empleos, un millón de viviendas, llevar agua y luz a otros 2,5 millones de hogares, hacer obligatorios 10 años de educación escolar, mejorar la sanidad y repartir latierra. "Somos el partido de la mayoría porque tenemos ese programa que establece las líneas generales para una Suráfrica mejor", señaló. "El RDP será la piedra angular del Gobierno de Unidad Nacional. Apelo a todos los líderes políticos a apoyarlo; si no lo hacen serán unos traidores".

"Tiendo una mano amistosa a los dirigentes de otros partidos", insistió Mandela, antes de volver a intentar tranquilizar a quienes temen al ANC: "Un Gobierno del ANC servirá a todos los surafricanos". Mientras Mandela hablaba seguía el mortecino recuento de votos, cuya extrapolación daba al ANC el 62.4% del apoyo popular seguido del Partido Nacional de De Klerk con el 23.9% y del casi, exclusivamente zulú, Partido de la Libertad Inkatha QFP) con el 10%. El IFP, además, marchaba en cabeza en el escrutinio de votos en Kuazulu-Natal, para frustración del ANC, que también se había visto privado del control de la provincia del Cabo Occidental.

"En algunas áreas las cosas no van tan bien como deseábamos. Pero esto es la democracia", dijo Mandela en palabras dirigidas a quienes estaban a cientos de kilómetros de Johanesburgo, en especial en la violenta Kuazulu-Natal.

Fue un discurso de estadista y padre de la nueva Suráfrica, firme, serio y comprometido que respondía al que tres horas antes había pronunciado De Klerk en Pretoria. El todavía presidente había reconocido la victoria del ANC y se había comprometido a trabajar mano a mano y con fidelidad junto al primer presidente negro del país.

"Mandela se merece la enhorabuena de todos los surafricanos", dijo De Klerk en la sede del Partido Nacional. "Pronto asumirá la jefatura del Estado [ ... ] que ejercerá de modo equilibrado pensando en el interés de todos". En caso de que no sea así, allí estará De Klerk, en calidad de vicepresidente ejecutivo del Gobierno de Unidad Nacional "para defender la Constitución y evitar que desde ningún nivel del Gobierno se erosionen los derechos de las minorías".

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