La ampliación de la Unión Europea

Los ciudadanos de los Doce deben presionar a los eurodiputados para que se pronuncien a favor de la ampliación. Un voto negativo supondría un duro golpe para la Unión Europea, al castigar las probabilidades de éxito de los referendos que han de celebrarse en los cuatro países solicitantes. (...)Es comprensible la indignación de los eurodiputados al pedírseles que aprueben precipitadamente la ampliación. No son responsables del dilatado proceso de negociaciones y del posterior retraso que produjeron las disputas entre los Doce sobre las minorías de bloqueo. Y tienen razón cuando se quejan de que deberían haber sido consultados en mayor medida.

La situación actual, en que la Asamblea de Estrasburgo -y los Parlamentos nacionales de los 12 Estados miembros- no puede introducir cambios sin trastocar la ampliación, supone una sinrazón de la democracia. (...) En cualquier caso, la Asamblea de Estrasburgo -y los Parlamentos nacionales- debe evitar la tentación de rechazar la ampliación. La Unión Europea necesita la savia nueva de los cuatro nuevos miembros.

Casi tan importante como la votación es la forma en que el Parlamento Europeo lleve a cabo el debate del 4 de mayo. Una discusión desenfocada y un voto que atienda a cualquier otra cosa que a los puntos en cuestión vendrá bien a los críticos de la Asamblea europea.

1 de mayo