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Estafa millonaria a través de una cuenta de la Delegación del Gobierno en Navarra

El Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia de Pamplona investiga un posible caso de estafa, que podría elevarse a unos 200 millones de pesetas, a través de una cuenta bancaria perteneciente a la Delegación del Gobierno en Navarra.Según las indagaciones ya realizadas, una ex funcionaria de dicho organismo, María José Rubio Pérez, solicitó entre los anos 1990 y 1991 diversas cantidades a empresarios y particulares de la ciudad afirmando que serían ingresadas en una cuenta de la Delegación del Gobierno para dotar de fondos a la lucha antiterrorista.

Rubio Pérez prometió a esas personas la percepción de elevados intereses, cercanos en algún caso al 50%. Ahora ha prestado declaración y permanece, de momento, en libertad. Curiosamente, ninguno de los afectados ha presentado denuncia contra ella hasta ahora.

El caso se descubrió al no ser devueltas algunas de las cifras ingresadas y debido a las quejas y las llamadas efectuadas por diversos establecimientos comerciales en los que Rubio Pérez tiene importantes deudas.

Temiéndose que, en su condición de interventora, hubiera podido apropiarse de parte de los fondos destinados a los salarios de los 45 trabajadores de la Delegación, se revisó la cuenta desde 1990 y se descubrió que, además del ingreso de los 12 millones de pesetas mensuales que Hacienda efectúa para pagar los honorarios de los trabajadores, contaba regularmente con otras imposiciones de origen desconocido.

Se ha podido determinar que esa cuenta, a la que únicamente tenía acceso Pérez Rubio, registró ingresos de hasta 69 millones de pesetas de procedencia ignorada. Algunos de los que aportaron fondos fueron citados por Rubio en la propia sede de la Delegación del Gobierno en Navarra y otras en un domicilio madrileño que presentó como "de alta seguridad" y perteneciente al Ministerio del Interior. Parece ser que utilizó algunos nombres de cargos de este organismo para respaldar sus solicitudes económicas.

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Blanqueo de dinero

Rubio dejó su trabajo el 31 de diciembre de 1993, tras obtener una plaza en comisión de servicios en la embajada de España en Arabia Saudí, destino al que nunca se ha incorporado. Según los datos aportados por el propio delegado, Pedro Ruiz de Alegría, retiró de la cuenta en cuestión unos 200 millones, por lo que ha presentado una denuncia por estos hechos.

Las deudas de Rubio con diferentes bancos y establecimientos de la capital navarra no están relacionadas con la aportación de fondos, pero sirvieron, en efecto, para dar a conocer la existencia de los extraños ingresos millonarios. La policía sospecha que Rubio es "una especie de bisagra" en una organización de blanqueo de dinero negro con un sistema que todavía no se ha esclarecido.

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