El 'gal' Mendaille, capturado en Gerona por orden del juez Bueren
El presunto activista de los GAL Georges Mendaille fue detenido el pasado viernes en Gerona y trasladado a Madrid por orden del juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, después de que el Gobierno diera luz verde a la extradición solicitada desde hace años por la justicia francesa. Ésta le acusa de ser el reclutador del grupo que en 1985 atentó contra un refugiado vasco. El ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch, ha sido quien ha activado el proceso, escandalosamente paralizado durante tres años.
El mercenario francés, de 58 años, fue detenido el pasado viernes por agentes de policía enviados desde Madrid por el juez Carlos Bueren en el más estricto secreto. El Gobierno, en el Consejo de Ministros celebrado el pasado día 8, dio el visto bueno a la petición del ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch, de tramitar una orden de extradición contra Mendaille, según informó ayer El Mundo.
El Gobierno Civil de Gerona confirmó ayer que los agentes detuvieron a Mendaille cuando salía de su domicilio de la urbanización Mas Ambrós, en Sant Antoni de Calonge, en la Costa Brava. La justicia francesa le imputa haber sido quien reclutó a los mercenarios Michel Morganti, Alain Domenge, Roger Roussey y Alain Lambert que atentaron en 1985 contra el refugiado vasco Fernando Eguillor y el francés Joseph Arraztoa.
El actual número dos de Interior, Baltasar Garzón, investigó el caso durante su etapa como juez de la Audiencia a Mendaille, después de que Odette Roussey, hermana de uno de los autores del atentado, involucrara en la trama a los ex policías José Amedo y Michel Domínguez.
Mendaille fue detenido en 1989, después de que la policía y la Guardia Civil afirmaran durante años que estaba en "paradero desconocido". Pero un año más tarde quedó en libertad, debido a que el Gobierno rehusó cumplimentar una sentencia de la Audiencia Nacional que se mostraba favorable a entregarlo a Francia.
En 1991, la justicia francesa volvió a cursar una petición de extradición. Sin embargo, el Gobierno español la mantuvo congelada, desoyendo las críticas de la prensa y las quejas de las autoridades galas, que hicieron notar que tal actitud contrasta con su colaboración en la lucha contra ETA.
Según Belloch, el Gobierno ha dado ahora el visto bueno a la tramitación de la extradición "porque se incluyen hechos diferentes a los expuestos por Francia en 1989".
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