_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

"¡Lo necesito!"

Como hacía soleado, he salido a darme un garbeo, sin intención de entablar conversación con nadie. Pero, casi sin darme cuenta, me he encontrado platicando con un drogadicto. Tendría 17 o 18, el pelo largo y una delgadez excesiva para su edad. Su boca hueca, oscura, desdentada y en la que tan sólo he podido escudriñar un enorme incisivo desolado, torcido y renegrido, no dejaba de clamar.Mal se le entendía y sus ojos opacos e inexpresivos ensombrecían el pálido, angustiado y casi muerto aspecto de su rostro. Mientras sacaba el monedero para darle 20 duros manteniéndome alerta dudosa de su verdadera intención, no he podido evitar echarle la bronca: "¡No te piques, hombre! No me gusta darte dinero para que dentro de un rato te pinches". "Lo necesito. Mira cómo tengo el brazo", ha dicho. Lo tenía amoratado, con miles de agujeros negros por donde la vida se le está escapando. Descendían y ascendían en desorden por la muñeca y a lo largo del brazo.

He estado a punto de preguntarle si no le daba miedo o grima utilizar él mismo las jeringuillas sobre su cuerpo, recordando mi temor a las agujas. Sin embargo, le he gritado enfadada: "¿Por qué no vas a un centro de rehabilitación a que te echen una mano?"'. "No puedo. Lo necesito. Dame otros 20 duros, anda. Es para la papelina". Su expresión dolorida y espantosa me ha conmovido y se las he dado a regañadientes, rabiosa y entristecida ante tanta falta de voluntad, de lucha y de dignidad. "Gracias, señora", ha vociferado ya desde lejos.

Mis pasos se han dado de bruces con la cara más sórdida de esta ciudad, que, a pesar de que hace dos años quisieron limpiarla, persiste, y yo regreso de mi paseo con una mezcla de sentimiento de culpa por ayudar a un joven avejentado a morir lentamente y de sentimiento caritativo por contribuir a que cubra su necesidad primaria, sin la cual también enfermaría-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_