Espartaco: "Toreo para ser feliz"

Tras su participación en la corrida inaugural del, abono, el pasado Domingo de Resurrección, Juan Antonio Ruiz, Espartaco, vuelve hoy a la Maestranza, en la reanudación de la Feria de Abril, interrumpida dos días por la suspensión de la corrida del viernes y el espectáculo ecuestre que se celebró ayer. Alternará con Curro Romero y Chamaco en la lidia de toros de Juan Pedro Domecq. El festejo empieza a las 18.30.

Espartaco recuerda con desánimo su primera corrida y con ria en que la ganadería de Juan Pedro Domecq le preste la colaboración necesaria para el triunfo. "El primer día salí con una fe enorme", dice, "pero los toros desarrollaron un peligro sordo, que me impidió desarrollar las faenas como yo pretendía; quizá, me faltó enseñar más las condiciones de mis oponentes, pero, a estas alturas, prefiero tres muletazos buenos que diez regulares". Añade el torero que "ahora, no hago lo que no siento, y prefiero tapar el peligro del toro, aunque ello reste importancia a mi labor".Esta es la l5ª feria, sevillana de Espartaco, en la que debutó el 19 de abril de 1980, con Curro Romero y Manzanares, con toros de la misma ganadería de esta tarde. Había tomado la alternativa en las Colombinas de Huelva, en agosto del año anterior, de manos de Manuel Benítez El Cordobés.

Espartaco asegura que lo que más le preocupa en estos momentos es hacer las cosas bien: "Más que cortar orejas", afirma, "quiero estar a gusto conmigo mismo como torero; deseo desarrollar lo que sienta en cada momento, en una búsqueda constante de la superación artística". Y añade que su único objetivo "es cuajar toros, que es lo que, hoy por hoy, me produce felicidad, porque tengo el privilegio que haber alcanzado más metas de las que podría soñar".

Dice el torero de Espartinas que no le preoctipa la Puerta del Príncipe, por la que ha salido en cinco ocasiones, la última en la feria del año 1990: "Quiero decir", explica, "que no me obsesiona, porque es casi imposible que se puedan reunir las circunstancias para salir de nuevo por ella". Reconoce, además, que vive un momento dulce a nivel personal que le repercute positivamente en su profesión. "Me siento feliz con la responsabilidad que supone mi familia, y con el apoyo que recibo de ella".

Espartaco está convencido de que su toreo ha evolucionado artísticamente, 1o cual", dice, "me permite preocuparme más de la calidad que de la cantidad, y, sobre todo, me ofrece la posibilidad de torear para ser feliz".