El fiscal pide que se paguen 25 millones al niño coruñés con lesión cerebral grave
El caso de Iván Contreras, que sufrió una lesión cerebral irreversible durante una operación de apendicitis realizada hace diez años en la residencia sanitaria Juan Canalejo de La Coruña quedó ayer visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 1 de esta ciudad. El fiscal, que mantuvo en sus conclusiones la petición de cuatro meses de arresto y 25 millones de pesetas de indemnización para el anestesista Fernando García Prado -e incluyó un "reproche jurídico-penal de naturaleza institucional" a las administraciones sanitarias-, acusó a los numerosos testigos de la defensa, en su mayoría médicos, de mantener una conspiración de silencio sobre la actuación de su compañero.El acusador particular criticó, por su parte, las afirmaciones de los peritos aportados por los defensores del acusado, el Insalud y el Servicio Galego de Saude, de que Iván Contreras "es un chico normal, patológicamente sano" cuando hasta la operación tenía una media escolar de notable y ahora, con 20 años, no ha podido pasar de octavo de EGB. Varios peritos coincidieron en que la diferencia entre edad física y mental no era un "concepto científico".
El neuropediatra Pedro Larriba aventuró que las actuales dificultades del joven podrían venir de un proceso degenerativo previo a la operación. El responsable de neurocirugía de la residencia, Celestino Blanco, conjeturó una posible reacción, alérgica a algún medicamento "ya que hay preparados normales contra el catarro que pueden provocar resultados mortales".
El juez, Ángel Judel, advirtió en el ecuador del proceso a algunos declarantes médicos que podría llamarlos de nuevo "y que el falso testimonio es un delito penal" por considerar que "el 90% de las respuestas dadas son capciosas e inoportunas".
Los tres defensores pidieron la absolución, por no haberse acreditado la culpabilidad del acusado. El letrado del anestesista rechazó la petición de 80 millones de indemnización o una pensión vitalicia equivalente para la víctima.
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