Lancôme jubila a Isabella Rossellini
Isabella Rossellini, la actriz y modelo, ha sido jubilada a sus 41 años. La firma de cosmética Lancôme ha decidido no renovar el jugoso contrato en exclusiva que mantenía con ella. La que ha sido fachada y emblema de Lancôme desde hace más de 15 años ha llegado al límite de edad, según sus contratantes. En la prensa italiana no se han hecho esperar los titulares como El tiempo no perdona ni a las bellísimas. Por su parte, Isabella está desolada en su pisito neoyorquino frente a Central Park y dice que se siente, de pronto, una mujer madura a la vez que no sale de su incredulidad. La firma de pinturas y potingues mágicos, siguiendo la tónica de otras marcas, precisa de modelos con pieles inmaculadas y formas perfectas, aunque sea para anunciar cremas para la tercera edad. Isabella no les vale ya más, y el jugoso contrato de dos millones de dólares (cerca de 280 millones de pesetas) al año busca destinataria por el mundo. Al parecer, ni filtros ni retoques de avanzada informática son capaces de mantener esa imagen distante pero perfecta en su tersura de icono. El contrato entre la Rossellini Y Lancôme vence en 1996, pero al saltar la noticia (Isabella lo mencionó de pasada en el último festival de Berlín como el tercer divorcio de su vida, tras los que protagonizó con sus dos primeros maridos: Martin Scorsese y David Lynch) no se sabe qué pasará. Ahora ella se lamenta de que Lancôme la echa sin proponerla siquiera para anunciar cremas antienvejecimiento. Lancôme no se anima a usar mujeres de 50 años como RevIon con Lauren Hutton o Saint Laurent con Catherine Deneuve. Para consolarse, la ex chica Lancôme fue a Milán hace unos días y desfiló en un pase especial de la marca Dolce e Gabbana; para no perder la costumbre, sus honorarios doblaron los de Claudia Schiffer y Naomi Campbel, aun siendo, como ha dicho un cronista milanés, más baja y menos delgada que las otras.-
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