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El juicio contra el sargento Dorado destapa la corrupción policial en el País Vasco

El juicio por cohecho en la Audiencia de San Sebastián contra el sargento de la Guardia Civil Enrique Dorado y el responsable de seguridad de las discotecas KU, Pedro Luis Migueliz Dabadía, destapó ayer buena parte de la corrupción policial denunciada por el fiscal Luis Navajas. Según el informe interno elaborado por el coronel Ángel López, de los Servicios Especiales de la Guardia Civil, al menos cuatro sargentos, un cabo y cuatro guardias estaban implicados en la red de contrabando de Guipúzcoa. Los testimonios prestados ayer por el comandante Juan Miguel Castañeda y el cabo Antonio Cruz dibujaron un cuadro de corrupción en la 513 Comandancia de Guipúzcoa y la existencia de una poderosa organización conectada con el narcotráfico gallego.Aunque el tráfico de droga no ha sido acreditado, las elevadas cuantías del dinero destinado a comprar la complicidad de los agentes del servicio fiscal y otros muchos indicios -algunos de los presuntos integrantes de esa red han sido condenados por narcotráfico- hacen pensar a la fiscalía y al comandante Castañeda en una organización dedicada a traficar con drogas y tabaco.

El cabo Antonio Cruz, infiltrado en la red, declaró al tribunal que, tras ser sondeado por su compañero Dorado, decidió denunciar el hecho al comandante Castañares y no a sus jefes naturales porque "desconfiaba de sus superiores" y tenía miedo a las represalias. Principal testigo de la acusación de cohecho, el cabo Cruz dijo ayer que el jefe de la trama, que trató de comprar su complicidad con un millón y medio, era José Antonio Santamaría, Santa, ex futbolista de la Real Sociedad asesinado por ETA en enero de 1993.

En la vista, el comandante Castañares -que dijo haber tomado la iniciativa de la investigación" para evitar que la implicación en la red de elementos de la lucha antiterrorista dejara la imagen de la Guardia Civil por los suelos" indicó que los grupos de tráfico locales aceptaron asociarse con una trama del narcotráfico gallego para evitar una confrontación.

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