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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El debate a debatir

El llamado debate sobre cuál ha de ser la identidad de la izquierda y su papel en nuestra ¿nueva? sociedad ha de girar en torno a las ideas y el modelo de sociedad que se desea, toda vez que el posible ya lo padecemos.Así, a primera vista, el debate se halla instalado en dos posturas distintas y distantes. Por una parte, se trataría -se trata más bien- de mantener el sistema capitalista -sin eufemismos- tal y cual es -una vez que el sistema comunista ha sido abolido y suprimido, al menos en Europa- y cómo gestionarlo (PSOE), o, por otra parte, si el sistema hay que transformarlo hasta su superación, en sucesivas etapas (IU), aunque sin llegar a una ruptura, al menos durante las primeras etapas.

En nuestra sociedad, el capitalismo, como sistema y estructura organizativa, es considerado, no ya como el único posible, sino también como lo unico deseado -o deseable-, bajo la coartada de ser lo que nos queda, toda vez ha desaparecido su contrario ideológico. ¿Dónde se halla, entonces, ubicado el debate?

La respuesta la encontraríamos siguiendo el mismo esquema anterior. Por un lado, aun sea lo único que tenemos, o. nos queda, ello no comprende nunca que sea también el mejor, que no lo es; prueba de ello son algunos aspectos a enmendar: la injusticia -todavía presente y extendida-, la desigualdad social -hoy día como en el siglo pasado-, la insolidaridad -que va desde el mismo sistema al propio cuerpo social- y las libertades -todavía muy mermadas-.

No obstante, podría mantenerse este modelo atendiendo a su amplia flexibilidad y a la facilidad con que acoge y hace suyo cualquier tipo de reforma que se quiera incorporar. Por otro lado, es en esta posibilidad y flexibilidad del sistema para adaptar los cambios que se introduzcan, para su mejora, donde radica su perversión, ya que su única y última finalidad no es otra que la propia supervivencia. Debemos entender, por tanto, que el sistema ha de estar siempre al servicio de la sociedad, y no al contrario, como ahora, donde es la sociedad quien sirve al sistema.-

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