La sombra de PSV

Los ugetistas celebraron su 360 congreso protegidos por un cordón de policías antidisturbios. Los cooperativistas de PSV han conseguido que el eco de sus protestas no dejara de retumbar ni un solo día en los oídos de los congresistas.

Saben que la crisis de PSV ha dado los últimos dolores de cabeza a Nicolás Redondo, y los críticos de UGT lo han utilizado como un arma arrojadiza con demasiados filos: la pérdida de imagen, el caos en las finanzas y el cuestionamiento del sindicato de servicios. El nuevo líder, Cándido Méndez, tiene que enderezar estos. pilares de la organización para que no caiga en mil pedazos. En su primera intervención como secretario general recalcó que ésas serán tres de sus siete prioridades. Y prometió a los cooperativistas: "UGT no cejará en su responsabilidad y esfuerzo hasta que no se solucione el problema".

Los afectados no aceptan ya a otro interlocutor que vuelva a apaciguarles. Pero Méndez ve que "es pronto" para decir que se va a reunir con los afectados -lo que no hizo su antecesor-, aunque ha apelado al Gobierno, instituciones financieras y constructoras para que vuelvan a confiar en el proyecto. Contra los cristales del Palacio de Congresos han retumbado durante estos cuatro días los más graves insultos contra Nicolás; pero Méndez, todavía, cuenta con el voto de confianza. A él sólo le piden sus casas.