Los socios del proyecto Alfa plantean problemas económicos
La práctica totalidad de los socios en la futura estación espacial -bautizada provisionalmente como Alfa- reconocieron ayer tener que enfrentarse a importantes dificultades financieras en sus países respectivos para la realización de ese proyecto, que ahora incluye además a Rusia.
Reunidos en Colorado Springs (Colorado, Estados Unidos) bajo la égida de la Fundación Americana del Espacio, los dirigentes de las agencias espaciales han comparado sus suertes, con ocasión del décimo aniversario del lanzamiento de la idea, por parte de Ronald Reagan en 1984, y un año después de que el presidente Bill Clinton ordenase su revisión a la baja.
Según la nueva fórmula, que hace la séptima y se ha puesto a punto con la participación oficial de Rusia, el primer vuelo para ensamblar los materiales de la estación debería tener lugar a finales de 1997. La estación debería ser operacional en el 2002, con un coste que la NASA estima en más de 17 millones de dólares (unos 2.500 de pesetas).
La suerte menos envidiable es la de Canadá, cuya agencia espacial, presidida por Roland Doré, vio en febrero pasado cómo el Gobierno de Ottawa anunciaba su intención de irse retirando progresivamente del proyecto por razones presupuestarias.
Los socios europeos también enfrentan dificultades, señaló el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jean-Marie Luton, que dijo que a diferencia de EE UU, Canadá, Japón y Rusia, la ESA tiene dificultades de tasa de cambio, porque varios países europeos, al devaluar, han restringrido su contribución.
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