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Los combatientes se quedan en la calle

Desplante de Francia a los veteranos de Normandía en las ceremonias del desembarco

Enric González

Ellos fueron quienes se jugaron la piel, quienes vieron caer a sus amigos y quienes, el 6 de junio de 1944, iniciaron la liberación de Francia y de Europa. Medio siglo después, los viejos veteranos del desembarco en Normandía resultan un estorbo. Ciento diecisiete de ellos, lo que queda de la VI División Aerotransportada de Canadá, con una media de edad que ronda los 80 años, habían preparado minuciosamente su asistencia a la conmemoración del 50º aniversario del Día D, Hora H, y tenían habitaciones reservadas desde 1992.Todos sus preparativos, tan eficaces contra los nazis, fueron inútiles cuando se toparon con la moderna burocracia. El hotel en que planeaban reunirse fue requisado el viernes por el Gobierno francés, necesitado de alojamiento para las fuerzas que desembarcarán en 1994: las delegaciones políticas y los equipos de televisión estadounidenses. Los viejos soldados se quedaron en la calle.

"Nos sentimos insultados", afirmó Ronald Anderson, portavoz de los paracaidistas canadienses. Los ancianos combatientes de Canadá, doblemente héroes por ser voluntarios, empezaron a considerar durante el fin de semana la posibilidad de boicotear las ceremonias. El Gobierno de Canadá amenazó con una protesta diplomática. Al mismo tiempo, en el Reino Unido, varios grupos de veteranos igualmente afectados por la requisación de hoteles pidieron a su Gobierno que presionara sobre Francia para que se resolviera el despropósito. La presión internacional fue acumulándose hasta que, ayer tarde, el Gobierno francés se echó atrás y anuló la orden de intervención sobre los hoteles. Las autoridades y los periodistas, dijo un portavoz, tendrían que acomodarse en cualquier otro lugar.

Era el segundo resbalón grave del Gobierno francés en la preparación del cincuentenario. Primero se produjo un curioso roce diplomático con las autoridades alemanas, rnolestas por no haber sido invitadas a conmemorar una batalla que, al fin y al cabo, no se hubiera producido de no ser por Alemania.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores de Francia explicó que sus previsiones se habían visto desbordadas por el aumento en el número de delegaciones oficiales extranjeras (de 8 a 16) y por la ingente demanda de plazas por parte de los medios de comunicación.

Durante los últimos tres días se había barajado la posibilidad de alojar a los veteranos en casas particulares desperdigadas por la costa. Pero eso no satisfacía a los soldados. Estuvieron juntos en el desembarco, y quieren estar juntos en junio. Para muchos de ellos, será el último encuentro.

Muchísimos soldados de 1944 están vivos aún, y unos 40.000 son esperados este verano en Normandía, la mayoría en julio y agosto.

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