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EL SECUESTRO MÁS LARGO.

Maria Ángels Feliu regresa a Olot

La Guardia Civil, desconcertada tras la puesta en libertad de la farmacéutica desaparecida en 1992

Maria Ángels Feliu está viva. Su liberación, en la madrugada de ayer, pone fin al secuestro más largo vivido en España, superando. con creces el del industrial Emiliano Revilla. Pero el feliz desenlace no pone fin al caso. La Guardia Civil reconoce que la noticia la cogió por sorpresa y que la investigación estaba ahora "absolutamente parada". Sólo el pago de un rescate explica que los secuestradores hayan decidido poner fin al cautiverio. Los investigadores están totalmente desconcertados. Pese a todo, el juez Santiago Pinsach ha decidido mantener en prisión a Xavier Bassa y a Joan Casals, detenidos hace cinco meses por su presunta relación con el secuestro.Los encargados de la investigación llevaban tiempo convencidos de que Maria Ángels Feliu estaba muerta. Por eso, a muchos de ellos les costó trabajo creer que era ella la mujer que poco después de las tres de la madrugada de ayer se presentó en la gasolinera de Lliçá de Vall, próxima a Granollers. Su liberación se produjo de forma casi tan misteriosa como su desaparición el 20 de noviembre de 1992. Tras un año, cinco meses y siete días de reclusión, Maria Angels pudo reunirse de nuevo con su familia. Delgada y muy pálida, pero con ánimo incluso para permitirse alguna broma, la farmacéutica celebró especialmente el reencuentro con sus hijos: "No los he conocido", dijo, en alusión a lo crecidos que los había encontrado. No reveló, sin embargo, ningún dato relacionado con las circunstancias del secuestro, cuyo sumario volvió a ser declarado secreto ayer por el juez Santiago Pinsach. La farmacéutica no precisó si había sido drogada para ser trasladada al punto donde fue liberada. Se da la circunstancia de que Lliçá se encuentra muy bien comunicado, por lo que los secuestradores pudieron acceder con facilidad desde muy diversos lugares.

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Gran fortaleza

Vestida con un chándal y envuelta en una vieja manta, Feliu pidió permiso para llamar a su familia al empleado de la gasolinera donde fue liberada. Una patrulla de la Guardia Civil la trasladó al hospital de Sant Pau de Barcelona, donde los médicos comprobaron que se encuentra bien, pero sobre todo con una gran fortaleza psíquica.Tras el reconocimiento, Maria Ángels fue trasladada a Olot donde abrazó a sus familiares sobre las 7.30 horas. Una vez en su domicilio, el juez y el fiscal jefe e gerona efectuaron un primer interrogatorio durante cerca de una hora.

Maria Ángels respondió posteriormente a los periodistas siempre ocn la misma palabra -"vedado"- a cualquier pregunta sobre el secuestro, tras ser advertida con cuchicheos por el portavoz de la famili, Joan Capdevila, sobre los temas que debía evitar.

El portavoz familiar repitió que los Feliu no han pagado ningún rescate por la liberación. "No hemos pagado, y no ha sido porque no quisiéramos" manifestó, "sino porque no ha habido posibilidad`. También insistió en que el último contacto con los secuestradores se produjo el 29 de diciembre de 1992, cuando recibieron una cinta con un mensaje que la familia reconoció como la voz de María Ángels.

En cambio, los análisis de la voz practicados por la Guardia Civil señalan que el mensaje no fue pronunciado por la farmacéutica ni por María Ángeles Mariño, compañera de Joan Casals. Ello llevó al juez el pasado viernes a levantar los cargos contra Mariño. Sin embargo, tanto los investigadores como el juez habían dado crédito a la versión facilitada por Francisco Evangelista, el delator que declaró que Maria Ángels estaba muerta y que ahora se halla en paradero desconocido desde hace dos semanas, posiblemente en Francia.

Por el contrario, la familia siempre se ha mantenido firme en su convencimiento de que la farmacéutica estaba viva. Tras la detención de Casals y Bassa, el pasado 30 de octubre, continuó pidiendo un contacto con los "verdaderos" secuestradores, y siempre mantuvo reservas respecto a la vinculación de los procesados con el caso, hasta el punto de que se ha negado a comparecer como acusación particular.

Esta actitud ha obtenido sus frutos una Maria Ángels débil y demacrada que suspiraba ayer por "un plato de arroz y una tortilla de patatas"

"Cuando oí por la radio que se habían manifestado 11.000 personas en Olot no me lo podía creer, hasta me daba verguenza", señaló ante los periodistas, y añadió: "Lamento haber hecho sufrir a tanta gente". La sorprendente liberación de Maria Ángels ha resucitado una de la hipótesis barajadas por los investigadores. La prolongación del secuestro les llevó a pensar que los autores formaban parte de una organización bien estructurada y con medios como para resistir mucho tiempo.

Fuentes de la Guardia Civil reconocieron ayer el absoluto desconcierto existente acerca de las circunstancias de la liberación de la farmacéutica. Los mismos medios sospechan que la familia de la víctima ha logrado negociar en secreto con los secuestradores. "Sólo el pago de un rescate explica que se haya producido la liberación", señalaron ayer fuentes de la investigación, que reconocen que el feliz desenlace no se ha debido a la presión policial.

Desde su reclusión, en un espacio estrecho y húmedo, Maria Ángels ha estado al corriente de todas las informaciones sobre su secuestro. "No estoy en Albacete", manifestó en referencia a la última sospecha del delator, según la cual estaba enterrada en el jardín de la finca que posee María Puche -a la que Evangelista llama la Madrina. La secuestrada dijo haber pasado el tiempo "tranquila" y que había "dormido mucho". Insistió en que no había sido maltratada y recordó la soledad y la añoranza de sus hijos como lo peor. Pasaba el tiempo leyendo, haciendo crucigramas y rezando "una salve cada día". Su alimentación era "sencilla y equilibrada", a base sobre todo de frutas y yogur y señaló que sólo había tomado unas hierbas medicinales, alguna aspirina y "ningún barbitúrico".

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