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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Avisos a Kohl

LAS DOS elecciones que se han celebrado en Alemania en las últimas semanas, -en Baja Sajonia y en Schleswig-Holstein- aportan datos bastante coincidentes, que ilustran sobre el estado de espíritu del electorado germano en un año en el que deben elegir (el 18 de octubre) el nuevo Parlamento federal del que saldrá el Gobierno para los próximos cuatro años. Con las reservas precisas, tres datos merecen ser tenidos en cuenta: primero, la relación entre la Unión Cristiana Democrática (CDU) de Kohl y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) de Scharping es cada vez más favorable a éste; segundo, el Partido Liberal se está, hundiendo, no alcanza en ninguna de las regiones citadas el 5% indispensable para tener representación en el Parlamento; y tercero, el gran temor a un avance de la derecha, concretamente del Partido Republicano, provocado por los resultados que obtuvo en algunas consultas en 1992 y 1993, no se confirma. Este partido queda fuera de los parlamentos con porcentajes inferiores al 5%.El SPD ha ganado las elecciones en las dos regiones consideradas; incluso en Baja Sajonia refuerza su posición en el Parlamento (sobre todo a causa de la eliminación de los liberales) y ya no necesitará, como hasta ahora, gobernar en coalición con los Verdes. Sin embargo, no se manifiesta un auge en los votos del SPD capaz de augurarle nítidamente una victoria en la consulta general de 1994. En cuanto al partido de Kohl, ha caído a un 36,4%, su peor resultado desde 1959. En Schleswig-Holstein se observa que los dos grandes partidos tienen una pérdida de votos apreciable: 4,2% el SPD y 3,7% la CDU. Por tanto, si Kohl ha encajado dos fracasos serios, todavía no hay datos suficientes para descartarle como posible canciller después de octubre.

Su punto más débil, lo que puede causar su derrota, es el hundimiento del Partido Liberal, que se ha quedado por debajo del 5% en ambas regiones. Estos resultados van a agudizar el enfrentamiento en el seno del partido entre dos dirigentes: Jürgen Möllermann, que preconiza abandonar cuanto antes la alianza con la CDU para poder presentarse sin compromiso el 18 de octubre y preparar así una eventual alianza con el SPD, y Klaus Kinkel, el ministro de Exteriores de Kohl. En cambio, y es un dato favorable para la perspectiva de un triunfo socialdemócrata, el partido de los Verdes ha reforzado sus posiciones en las dos elecciones. Si ha obtenido el 7,4% en Baja Sajonia, lo que corresponde a sus votos anteriores, en Schleswig-Holstein casi los ha doblado, con un 10,6%.

En cuanto a la extrema derecha, los republicanos no han logrado ni la ola de simpatía que se temía, ni siquiera un voto suficiente para entrar en los parlamentos. Con 3,7% en Baja Sajonia y 3, 1 % en Schlesig-Holstein, logran cierto avance en relación con elecciones anteriores, pero sin que ello represente un dato político importante. El voto de protesta derechista se ha dispersado en formaciones locales que no han alcanzado el 5%.

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No se confirma una idea que estaba de moda hace un año: que los grandes partidos estaban en decadencia y que los votos se dispersarían cada vez más en partidos marginales. Ocurre más bien lo contrario. En Schleswig-Holstein, los cuatro partidos principales -CDU, SPD, liberales y Verde- representan el 92,5% de los votos. En ese marco se librarán las próximas batallas con vistas al 18 de octubre.

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