El Gobierno considera que la visita de Aznar a Marruecos ha beneficiado las relaciones con el país magrebí

El Gobierno apoya cualquier acción que favorezca la mejora de las relaciones con Marruecos. Así lo declaró ayer Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de la Presidencia, sobre el reciente viaje al país magrebí de José María Aznar. La visita del presidente del PP ha suscitado satisfacción en la cúpula del Ministerio de Asuntos Exteriores, según fuentes diplomáticas. España, señalaron ayer esas fuentes, apoya todo lo que favorezca la estabilidad de Marruecos, máxime en un momento en que Argelia se sume en una guerra civil.Consensuado con el presidente del Gobierno, Felipe González, y preparado con el ministro de Exteriores, Javier Solana, el viaje de Áznar a Casablanca y Rabat ha alcanzado los tres objetivos fijados en común: resaltar la cohesión de las fuerzas políticas españolas con relación al Magreb, poner de relieve la continuidad de la política exterior española con Marruecos en caso de alternancia en el poder y, por último, apaciguar los temores de Rabat, demostrándole que el PP no es especialmente beligerante sobre Ceuta y Melilla.

A propósito de las plazas de soberanía españolas o de los derechos humanos en el Reino jerifiano, Aznar ha utilizado en su estancia un lenguaje casi idéntico al del Gobierno. Resaltó, por ejemplo, los avances en el respeto de los derechos humanos. Hace tres años en Rabat González también recalcó los progresos en esa materia.

Sólo a propósito del Sáhara Aznar fue más allá que el Ejecutivo, pero sin llegar a secundar la posición marroquí. Mientras el Gobierno cree que el secretario general de la ONU, Butros Gali, debe continuar sus esfuerzos para lograr un consenso entre Rabat y el Frente Polisario sobre el censo para el referéndum de autodeterminación, Aznar dijo en substancia que si persiste el desacuerdo la consulta debe llevarse a cabo aunque el Polisario la rechace. El portavoz saharaui en Madrid, Hash Ahmed, afirmó ayer que esta postura es "desafortunada".

El PP sostiene que la posición de Aznar sobre el referéndum en el Sáhara "es la que conviene a España", mientras que el Gobierno y el PSOE tienen que dar aún pasos en esa dirección y liberarse de cierto lastre ideológico". Aznar defendió un acuerdo entre las partes sobre la realización del censo y dijo que si no hay pacto la consulta popular debe celebrarse, según los criterios de la ONU, aunque el Polisario no se sienta vinculado.

"A España le interesa que se solucione la cuestión, que haya paz en un territorio a unas decenas de millas de las Canarias y que se consolide una situación de prosperidad", declaró ayer el responsable del área internacional del PP, José María Robles. "El Polisario ha perdido la guerra y hay que saber entenderlo", agregó. "Lo que dijo Aznar es lo que interesa a España y había que decirlo". A su juicio, el Gobierno sigue vinculado al Polisario, como lo prueba el que esta organización asista como invitada a los congresos del PSOE.

Los colaboradores de Aznar rechazan tajantemente que éste haya efectuado sus declaraciones seducido por la cálida acogida de la Corona y el Gobierno marroquíes, ni en lo que se refiere al referéndum del Sáhara ni en su elogio a los progresos en materia de derechos humanos. Esas declaraciones, informan, habían sido decididas antes de abandonar España.