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La Caixa, Busch y Fecsa exigen a Pujol que De la Rosa abandone el control de Tibigardens

El director general de La Caixa, Josep Vilarasau, se reunió ayer con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, para exigir -en nombre también de la multinacional norteamericana Anheuser Busch y de Fecsa- que imponga a Javier de la Rosa el nombramiento en Tibigardens de un secretario, un apoderado y un auditor-interventor de confianza que fiscalice todas las operaciones. Las tres empresas -que negocian su entrada en el parque- plantean estas medidas como requisitos para desbloquear la compra.

En la reunión no estuvo presente el consejero de Economía, Maciá Alavedra, que ha pilotado la operación de recambio de De la Rosa al frente del parque, por encontrarse de vacaciones. Vilarasau entregó a Pujol un extenso documento en el que las tres empresas reiteraban su disposición a asumir la mayoría del capital de Tibigardens, al tiempo que dejaban bien claro que para culminar estas negociaciones debe garantizarse que De la Rosa no siga controlando los movimientos financieros del parque. En este documento se relatan las dificultades encontradas y concretamente el desvío de 1.000 millones de pesetas desde Tibigardens a otras empresas de De la Rosa (ver EL PAIS de ayer).Asimismo, Vilarasau, que negocia la entrada de La Caixa conjuntamente con la del grupo británico Pearson, planteó la necesidad de realizar una exhaustiva auditoría de la sociedad y de que esa misma firma fiscalice todos los pagos y cobros hasta el momento en que las acciones cambien de manos.

La crisis en Tibigardens estalló el pasado jueves, cuando los socios minoritarios de la empresa descubrieron que De la Rosa había desviado 1.000 millones de pesetas hacia empresas relacionadas con él. Este dinero, que podría formar parte de créditos avalados por la Generalitat, figura como invertido en cinco pagarés de 200 millones cada uno, pertenecientes a diferentes empresas relacionadas con Javier de la Rosa, como Grand Tibidabo, Bamsa y Diset, entre otras.

Según las fuentes consultadas, las operaciones fueron realizadas por Miguel Soler, director financiero de Tibigardens y cuyos poderes limitados alcanzaban tan sólo a operaciones de hasta 200 millones.

Anheuser Busch convocó el mismo día una reunión de emergencia del consejo de administración de la empresa y su presidente, Alfons Maristany, cuñado de Javier de la Rosa, presentó la dimisión.El objetivo de La Caixa, Pearson, Fecsa y Busch, que pretenden controlar el 100% del parque, es tener garantías sobre la situación financiera de Tibigardens. De no producirse un acuerdo en las próximas horas, el parque podría verse abocado a un total colapso financiero, han asegurado fuentes próximas a las negociaciones. Para evitar esto, los actuales socios minoritarios del parque, Anheuser Busch, han renunciado hasta el momento a reclamar el dinero invertido en los mencionados pagarés, señalan las mismas fuentes.

Un problema adicional en estas negociaciones es que La Caixa exige que en el momento del pago de su paquete en Tibigardens Javier de la Rosa le devuelva los créditos que éste mantiene pendientes con la entidad de ahorro. Para el antiguo hombre de KIO en España ello es especialmente. complicado, dada su difícil situación financiera.

El asunto ha llegado al Parlamento catalán. El Partido Popular e Inicativa per Catalunya pidieron ayer la comparecencia de Maciá Alavedra ante la Comisión de Economía.

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