Solbes bajará el IRPF en 1995 para contrarrestar la inflación

Por primera vez en muchos años, la tabla de retenciones del trabajo y la tarifa del impuesto sobre la renta (IRPF) se reducirán en proporción a la inflación prevista (deflactación). El anuncio fue efectuado ayer por el ministró de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, ante una selecto grupo de más de 300 empresarios y banqueros reunidos por la Asociación para el Progreso de la Dirección. La condición es que la economía mejore -"ya estamos en crecimiento positivo", dijo Solbes- y que el déficit público se reduzca a final de este año de acuerdo con lo previsto.La deflactación del IRPF intenta evitar que los aumentos de salarios padezcan la penalización que conlleva un impuesto progresivo (se paga más que proporcionalmente cuanto más se gana). La revisión se efectuará de acuerdo con la inflación prevista y tendrá efectos en 1995 en las retenciones y en 1996 en la tarifa, cuando se presente la declaración. En 1992 se tomó una decisión similar, pero fue retirada a mediados de año por la caída de los ingresos.

Solbes no se mostró, por el contrario, muy convencido de la necesidad de rebajar cotizaciones a la Seguridad Social a cambio de subir el IVA, tal como demandan los empresarios. Dijo que es una medida a estudio porque tendría efectos beneficiosos sobre el empleo. Sin embargo, presenta el problema de que la rebaja de cotizaciones se traduce inmediatamente en menores ingresos para las arcas públicas, mientras que subir el IVA puede agravar el alto nivel de fraude en este impuesto. Tiene otro inconveniente y es que produce alzas de precios al gravar el consumo.

Solbes dijo, en este sentido, que el Gobierno mantiene que la inflación este año debe estar en el 3,5%, objetivo que calificó de "difícil pero perfectamente posible". El ministro espera "un mejor comportamiento de los salarios" que "deben crecer un 1,5%" este año. Solbes denunció a los sectores que "aprovechan la mejora de la situación económica para recapitalizarse por la vía de incrementar los precios".

El tono de su intervención fue el de alguien que quiere dar ánimos a una economía que intenta despegar, aunque todavía "con timidez", pero sin querer ocultar las dificultades. Aseguró que la reforma laboral dará frutos positivos aunque no ocultó posibles dificultades en su aplicación práctica. Reconoció que la credibilidad de la política económica se juega en el cumplimiento de los objetivos presupuestarios este año. Y en este campo, resaltó la urgencia de "replantearse todo el modelo de transferencias a empresas públicas, comunidades autónomas y ayuntamientos", tres de los principales agujeros. El gasto social se mantendrá, aunque con algunas reformas en las prestaciones que presentan mayor nivel de fraude, como la ILT.