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TRAS EL XXXIII CONGRESO

Leguina entiende que ha sido excluido de la ejecutiva a cambio de la renovación

Javier Casqueiro

El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, se acordó ayer del entrenador de fútbol Benito Díaz, que en los años cuarenta inventó el sistema defensivo del cerrojo en la Real Sociedad, para explicar lo sucedido en el 33º Congreso Federal del PSOE: "El balón puede pasar, pero el jugador, nunca". Leguina cree que su exclusión de la ejecutiva -un puesto que él había reclamado a González aunque piensa que su petición fue "una ingenuida"- les ha servido a los guerristas como moneda de cambio para aceptar la renovación.

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Los leguinistas o renovadores radicales de la Federación Socialista Madrileña (FSM) aseguran que Leguina ha sido vetado por Alfonso Guerra en las reuniones que se celebraron en la tarde del pasado sábado para negociar la nueva ejecutiva del PSOE. Según esta versión, Félipe González entregó una lista de nombres posibles y en ella ya no figuraba inicialmente el del presidente madrileño.Narcís Serra en persona, en nombre de los renovadores, planteó entonces a Felipe Gozález la necesidad de incluir a Leguina y el presidente del Gobierno contestó: "Meterlo vosotros".

Leguina mantiene que los renovadores -ese grupo de militantes del PSOE ahora en mayoría que él impulsó hace más de tres años en una famosa reunión en el hotel Chamartín de Madrid- sí pelearon por él, como hizo Guerra por Benegas. Para explicar su exclusión final recurre de nuevo a las tácticas futbolísticas conservadoras de Benito Díaz.

A Leguina, oficialmente, no le consta que haya habido veto contra su persona: "Si se produjera, tanta culpa tendría quien lo propone como el que lo acepta. Yo creo que los vetos estaban bien cuando existía la guerra fría, en una sociedad democrática son inaceptables".

El presidente madrileño se afana por no ofrecer la imagen pública del derrotado. Ayer convocó a los medios de comunicación a un desayuno multitudinario y negó estar "desilusionado y debilitado". "No he sentido ninguna angustia en el estómago", comentó. Leguina dijo que Guerra jugó finalmente con ventaja en las negociaciones de este fin de semana entre los renovadores y los guerristas porque "una parte sabía que la otra no quería o podía romper".

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Ingenuidad

Leguina reconoce que cometió una "ingenuidad" que volvería a repetir, al expresar en público sus "ganas" de estar en la ejecutiva, pero matizó sus verdaderas intenciones: "Ya dije que no iba a poner todos los huevos en ese cesto".El presidente madrileño aseguró que continuará denunciando los casos de corrupción, asunto que asimiló en importancia a la caída del muro de Berlín. Leguina calificó a Cipriá Ciscar, nuevo secretario de organización, como "claramente renovador" y como un hombre con un "perfil intelectual y culto", que no se da habitualmente entre los ocupantes de ese cargo.

Ante la composición de la nueva ejecutiva de mayoría renovadora, Leguina postuló la disolución de esta corriente. "Y la de los socialistas auténticos que llevan mi nombre", ironizó, en referencia a la definición que el propio Guerra dio de los guerristas.

"Yo estoy disponible. No sé que haré. Voy a intentar que se consiga la estabilidad en la Federación Socialista Madrileña y que ésta coincida con la estabilidad en el partido", indicó sobre sus perspectivas ante el mes y medio que queda para el congreso regional.

Sobre este congreso y los tres dirigentes que manejan la FSM (José Acosta, Juan Barranco y él mismo) dio otra clave: "La mesa camilla no puede pasar de tener tres patas a tener dos. O se van los tres o se van a encontrar con el tercero. Yo no me quito de enmedio si no se quitan los otros".

La ausencia de Leguina de la ejecutiva fue lamentada ayer por Joaquín Almunia y por José Barrionuevo. Almunia adelantó que las ideas del presidente madrileño serán aplicadas. Barrionuevo fue más duro y tachó de "no justa" esta exclusión, así como perjudicial para el partido.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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