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Los renovadores presionan a Chaves para que dirija el PSOE andaluz

Lourdes Lucio

Los renovadores andaluces están ejerciendo una fuerte presión sobre el presidente de la Junta, Manuel Chaves, para que dé el paso definitivo y presente su candidatura a la secretaría general del PSOE de Andalucía, que celebrará su congreso regional dentro de 18 días en Granada. Guerristas y renovadores han acrecentado sus diferencias tras al 33º Congreso Federal, y Chaves, que siempre ha apostado por la integración, teme que las tensiones repercutan negativamente en el resultado de las elecciones andaluzas del 12 de junio.

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Nada más conocerse la composición de la ejecutiva federal, dirigentes renovadores, como Luis Yáñez, Carmen Hermosín y José Caballos mantuvieron una reunión con Chaves en los pasillos del Palacio de Congresos para convencerle de que, al contrario que en Madrid, en Andalucía no es necesario un pacto con los guerristas, pues los primeros cuentan con una holgada mayoría del 68% de los delegados. Sobre todo le insistieron en que sólo él es capaz de mantener unido al sector renovador, integrado por un conglomerado de facciones con un acento provincial muy fuerte.Este ala del PSOE no quiere ni oír hablar de un sustituto y desalienta al presidente andaluz en sus intentos de buscar un recambio, que bien pudiera ser el actual consejero de Agricultura y secretario provincial del PSOE de Córdoba, Luis Planas.

El 33º Congreso Federal ha incrementado aún más las diferencias entre guerristas y renovadores andaluces. No se trata ya de que cada uno defienda una posición determinada, sino que empiezan a definirse por su antiguerrismo o ultraguerrismo y mantienen unos nexos comunes cada vez más debilitados.

Los renovadores están dispuestos a incluir en la próxima ejecutiva regional a la minoría guerrista, pero, al contrario que en Madrid, sin ceder ni un milímetro. El mensaje que lanzan a sus adversarios es que, si quieren estar en la dirección, estarán, pero no van a buscar a un integrador como el flamante secretario de organización, Ciprià Ciscar, para contentarlos. Si no les gusta esta opción, agregan, que presenten una lista alternativa.

Este grupo salió con mal sabor de boca del congreso federal, aunque luego se transmitió la consigna de que había que subrayar la victoria sobre los guerristas y minimizar los puestos clave conseguidos por los hombres de Guerra, frente a la abrumadora mayoría renovadora.

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Por contra, los guerristas son conscientes de que están en minoría y afirman que apoyarán a cualquier candidato que proponga el presidente andaluz a la secretaría general siempre que no sea él. Ayer mismo, dirigentes de este sector comenzaron a trabajar frenéticamente para recuperar posiciones en las provincias de Granada y Málaga, que celebrarán congresos provinciales antes de los comicios autonómicos y donde las fuerzas están muy equilibradas.

Pulsos y vetos

El pulso que han mantenido los dos sectores en el congreso federal llegó a irritar al resto de las federaciones socialistas. Los guerristas andaluces vetaron a Carmen Hermosín -convertida en su particular bestia negra- para la secretaría de Organización, e igualmente lo hicieron con los tres nombres que Chaves propuso a Felipe González como alternativa: el gaditano Alfonso Perales, el jiennense Gaspar Zarrías y el sevillano Alfredo Sánchez Monteseirín. La misma actitud mantuvieron para la composición de la mesa del congreso y de las comisiones, especialmente con Amparo Rubiales, que en principio iba a ocupar la vicepresidencia.

Carmen Hermosín mantendrá su cargo de secretaria provincial del PSOE de Sevilla y de consejera de Asuntos Sociales de la Junta hasta el final de la legislatura.

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